Lidiar con la idea que sólo eres un remplazo, alguien para respaldar lo realmente importante, la fue destruyendo poco a poco. Roxanne nunca quiso creer los rumores, pero tras muchos comentarios al respecto no tuvo otra opción que abrir los ojos y ve...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Sólo un día para el nuevo espectáculo de los Glamrock! Esto emocionaba a niños y adultos de cada lugar y hasta a los mismos animatronicos. Los empleados organizaban todo con ayuda de los bots para poder dejar todo bien organizado y mantener el orden entre los que entren al centro comercial.
Roxanne intentó olvidar los malos ratos y pensar en lo alegres que estarían los niños a la hora de entrar al escenario. Seguramente la halagarian muchísimo.
Fijaba su vista en carteles de ella o paredes pintadas a su estilo. ¡Y pensar que gente prefería un tonto zorro pirata! Si no la quisieran más a ella no estaría en esos momentos allí, con tanta mercancía a la venta y decoraciones suyas por todo el lugar.
Sonrió para sí pensando en lo genial que ella llegaba a ser.
Fazbear Entertamient había hecho muchos animatronicos al estilo zorro, con los clásicos Freddy, Chica, Foxy y Bonnie; bien, ahora ella era lo nuevo y seguiría así por un buen tiempo. Los niños no pueden olvidar a Roxanne tan fácilmente, así como Foxy marcó su generación, Roxanne marcará la suya. Y en eso ella estaba segura: iba a aplastar la reputación de aquel robot.
Roxanne caminó cerca de la guardería —luego de hacerle una pequeña visita a Sundroop— sin rumbo alguno. Hasta que, unas voces llamaron su atención. Siendo del personal que trabajaba allí. No hacía falta esconderse, para ellos Roxanne no era visible, estaba lo suficientemente lejos para que no la vieran y lo suficiente cerca para escucharlos hablar.
—Ya han habido muchas quejas por parte de los clientes —susurró una voz, que por ende, era de Dave.
—Lo sé, ¡lo sé! Últimamente Foxy ha sido tendencia entre los visitantes, Roxanne ha actuado demasiado raro y causado muchas polémicas —habló Vanessa.
—¿Y qué vamos a hacer? ¿Seguir perdiendo visitas? ¿Dinero? —se quejó una de las empleadas.
Varios de ellos reunidos, formando un círculo en el que Vanessa intentaba calmar a los demás y dar soluciones a los problemas.
—No estaría mal resetear el animatronico.
—O que simplemente no esté.
—¡No! —negó Vanessa—. Es evidente que necesitamos cuatro integrantes en la banda, y Roxy ya tiene demasiados fans entre los más pequeños de las familias.
—Es algo temporal —habló uno—. No es como si los robots lo fueran todo para ellos. Sólo son personajes encargados de entretener a los niños.
Sí, a los que les habían otorgado emociones y pensamientos. ¿Es tan difícil saber que ahora los animatronicos son como seres vivos?
—Estoy absolutamente consciente de ello —Vanessa soltó un suspiro antes de continuar—. Viendo todas las opciones, creo que lo mejor sería desechar a Roxanne y crear un nuevo animatronico...
Los ojos de Roxanne se abrieron con sorpresa. ¿Reemplazarla? ¿A ELLA? Nunca los creyó capaz por más que lo sabía. No, no, no. No podían hacer eso.
Sintió como su corazón se vaciaba poco a poco, con miedo y tristeza a la vez.
—Crear otro modelo de Foxy no vendría mal, ¿no creen?
—De igual maneras tendríamos que mantener a Roxanne todavía en la banda hasta que se complete el nuevo animatronico.
La iban a remplazar.
Ella no era nadie.
Sus orejas cayeron rápidamente y los ojos mostraban tristeza profunda. Devastada, confundida. Pensar que preferían un zorro antes que a ella.
Ella no divertida a los niños, nadie la quería, sólo estorbaba...
Ya no sentía siquiera las ganas de sonreír. No tenía fuerzas.
No habían confirmado al nuevo animatronico, pero tampoco lo habían dudado. Si lo pensaron fue por algo.
Roxanne miró sus manos tristemente y apretó sus ojos con dolor.