Dia 1 - pt.2

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Gruño.

Provocando que todos esos alfas idiotas que van detrás de mi destinado se hagan a un lado, permitiéndome caminar entre todos los asistentes con un claro objetivo.

- ¿Me permites el primer baile?

Extiendo mi mano frente a Jimin con una leve inclinación de cuerpo, usando todo mi autocontrol para no llevarlo sobre mis hombros a una cueva como un lobo salvaje.

Espero, y espero, todos a nuestro alrededor permanecen callados, atentos al siguiente movimiento de alguno de los dos, únicamente la música en vivo y el anuncio del siguiente omega en presentarse se escuchan en la lejanía.

Hay duda en sus ojos, pide a gritos con la mirada que alguien lo ayude, y su delicioso olor comienza a desprender notas amargas, es como si... me temiera.

¿Por qué?

Soy su destinado, debería tomar mi mano sin dudar.

Un carraspeo me saca de mis pensamientos y obliga a apartar la mirada de mi omega, así como a bajar la mano que nunca fue tomada.

- Si nos permiten, Jimin no se siente bien.

Chanyeol lo cubre con su cuerpo y comienzan a caminar.

- Con permiso.

Dice a penas audible sin hacer contacto visual, alejándose de mi apresuradamente.

Los observo salir al jardín, al alrededor, miradas de pena, sorpresa e incluso diversion están sobre mi.

Confundido, y molesto por la humillación, sigo sus pasos, hasta que el cuerpo alto de Park Chanyeol me lo impide.

- ¿Te puedo ayudar en algo, Jeon?

Cruzado de brazos y con aires de superioridad, intenta intimidarme con sus 1.85 cm.

- Ahora que lo mencionas, si - lo encaro - una explicación me vendrían bien.

- No es algo que yo deba darte.

- Entonces déjame pasar para preguntarle a tu hermano.

Intento rodearlo, sin éxito. El alfa es una maldita piedra.

- Está indispuesto.

¿Indispuesto? Si, claro.

- No me vengas con eso, estaba bastante bien hasta que decidió humillarme frente a toda la maldita manada.

Lo empujo un poco, alejando nuestra discusión de los chismosos que están más interesados en nosotros que en los omegas que aún se están presentando dentro.

- Si no sabes, no hables. - susurra enojado - Lo único que te puedo decir, es que no lo hizo para lastimar tu precioso ego, así que puedes estar tranquilo.

- No hasta hablar con él

Me mantengo firme.
Quiero, y voy a hablar con él, sea como sea.

- Espera sentado entonces, porque eso no va a pasar.

- No lo entiendes e..

Harto de esta ridícula discusión, intento explicarme.

- No, tú no lo entiendes. - me interrumpe - Esto no es sobre ti. - Si, si lo es. Un poco al menos. - Ahora, si me permites, tengo que ir con mi hermano.

- Es mi pareja destinada.

Decido soltar como último recurso.

Su rostro inmediatamente cambia a uno completamente enojado, y viene hacia mi como un toro.

Omega de Plata (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora