Día 4

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- Tae, por favor, respira.

- Es que no entiendes, me exigen saber quién es, Jeongin está furioso y no pued..

La cachetada que me veo obligado a darle a mi mejor amigo se escucha fuerte y clara en el echo de mi gran habitación.

Su mano va lentamente a la mejilla afectada y su rostro, antes preocupado, ahora me muestra una mueca de indignación.

- ¿¡Qué te pasa!?

- Te estabas poniendo morado.

Es lo único que digo en justificación.

- Supongo que me lo merezco. Perdí la confianza de mi familia.

Dice comenzando a soltar pequeñas lágrimas, su olor a tristeza comienza a esparcirse por cada rincón de mi habitación.

- Hey, no digas eso. - Me acerco para abrazarlo y soltar un poco de mi olor para calmarlo. - dijo que hoy se verían ¿no? Preséntaselo a tu familia, y asunto arreglado.

- No es solo eso, lo sabes.

Si, lo sé.

- Es tu destinado. - le recuerdo -A Jeongin puede no gustarle su estatus pero nada le gana a la palabra de la Diosa Luna.

Se toma unos segundos para analizar mis palabras, pero su rostro no deja atrás la tristeza.

- No sé. Pero mi hermano nunca ha dado el brazo a torcer. - sus ojos se pierden en la chimenea prendida delante de nosotros - Tengo miedo de que lo aleje de mi.

- ¿Y Nam? Tal vez si le cuentas él te ayude.

Namjoon me agrada. Es pacífico, amable, y muy inteligente, nada que ver con Jeongin.

- Él va a ser padre muy pronto, no lo quiero molestar con mis problemas.

Ah, sí. Olvidé ese detalle por un momento.

Además, Jeongin sigue siendo la cabeza de la familia. Nam puede estar de mi lado pero eso no significa alguna diferencia.

Estoy acabado.

Lo observo hundido en sus pensamientos, su mirada aún en las flamas ardientes.

- Todo va a estar bien. - le doy pequeñas caricias en la espalda, como a un cachorrito triste - Jamás había conocido una pareja tan destinada a estar juntos.

Con esa última oración llama su atención.

¿Habías escuchado alguna vez de alguien que supiera que esa persona era su destinado antes de siquiera poder percibir su aroma?

- Supongo que no..

- Exacto. Pero tú lo sabías, estoy seguro de que la Diosa Luna tiene una historia de amor perfecta para ustedes.

La tristeza se disipa cada vez más. Puedo ver sus ojos brillando otra vez.

Me siento orgulloso por haber logrado ese pequeño cambio en él.

- Gracias Minie, siempre sabes que decir.

Nos abrazamos aún sentados en mi cama y no puedo evitar estrujarlo entre mis brazos.

- Por algo somos mejor amigos. Nos animamos el uno al otro.

Reímos un momento por la verdad de esa oración. Ni siquiera puedo contar todas las veces en las que hemos estado ahí el uno para el otro.

- ¿Crees que deba ir a la tienda de música?

Volvimos al tema principal.

- No lo sé -  yo no lo haría, esperaría tranquilamente. Pero es Tae de quien estamos hablando, él no se queda quieto - ¿y si va a buscarte a tu casa?

Omega de Plata (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora