Toma mi mano,
guíame al callejón sin salida de tus recuerdos,
deja, un sólo instante,
de la apelación de tus terrores.
Acompáñame a ver esa fabulosa pintura.
La que se mueve,
donde camina una niña sin vida,
y grita cuando perturban su indescifrable momento.
Bebe del rocío de mis mejillas apagadas,
que te daré mi regazo para apaciguar las tuyas.
Pondré la Luna en tu mano,
y en tu corazón las estrellas.
Quita tu corona de lluvia,
Que se ahogan los lirios de los anhelos.
Calma al ciervo herido,
y deja que muera en tu pecho.
Déjame lidiar sola con los tiempos anteriores,
pero nunca dejes de amarme.
Nunca te asustes ante la ausencia de los inquietantes adoquines,
que tus pasos yo seguiré hasta agobiarme.
Que tus manos provoquen
lo que el oro a los ambiciosos,
que la tierra se divida y los mares se desborden.
Mientras me desahogo en un mar de sentimientos forzosos.
Forcejearás hasta salvarme de ese nido,
que en lugar del cielo, en la tierra está.
Y aunque la madre esté,
Tu serás mi libertad.
Enséñame a besar,
mientras ríes por tu gran habilidad.
No te dejes intimidar,
por quien me cuida cuando no quieres escuchar.
Toca mi mano una vez más,
para sentir lo que es amar.
Me perderé en tu mirada,
como alguna vez lo hice al suspirar.
Escucha una vez más lo que te tengo que contar,
no dejes solo al pájaro cuando guía su trinar.
Llora cuando en mis brazos estés,
que pondré mis pañuelos a remojar.
Hazme recordar,
lo que algún día olvidé.
Ya que fue tu culpa,
cuando me viste llorar sin consuelo en las tardes del ayer.
Despiértame cuando comience a temblar por esa pesadilla,
y aunque el sol brille nunca te alejes,
que siento a mis espaldas,
la sangre del daño que ese demonio ha hecho en mí.
Tomaré la pluma,
y escribiré,
que es cuando añoro
ese pasado desierto, borroso.
No esperes a que yo lo diga,
que de mis labios nunca saldrá,
Tan sólo espero tu mano,
otra vez entrelazar.
Vuélveme invisible,
quita de mí lo odiado.
Cambia mi vida,
y camina siempre a mi paso.
Espera hasta que me recupere,
antes de que caiga,
agárrame,
Y no dejes que caiga al
I
N
F
I
E
R
N
O.
