Érase una vez,
en esa tierra tan lejana a la nuestra,
En el país de la neblina,
Donde el sol nunca enseña su grandeza.Otra vez esa frase, así se inicía su cuento
Que empieza con esa vida,
la cual cuenta la historia.
De esa niña soñadora con un espíritu como el viento.Ella era como esa vida.
Con esa brisa en el mar turbulento,
Con el sueño mas ansiado.
Cuyo final no fue adverso.De largos caireles dorados,
como el amanecer en su sonrisa
Con lúgubres anhelos.
De tormentosa mirada.Lo había tenido todo,
Y en un abrir y cerrar de ojos,
Todo eso lo perdió
Cual cristales rotos quitándole de encima ese miedo que sintió.Su mundo se desmoronó,
como hielo en primavera
Pero ¿por qué las rosas crecieron a su llanto,
y en su mano nació el Sol?En un día tan ansiado,
donde esperaba que su soledad desaparecería de una vez,
La madre expiró, llevándose consigo,
la vida que albergaba en su vientre,
la familia que siempre añoró.Se quedó con el padre,
y con un hoyo en su joven corazón.
Sin embargo siguió siendo mimada,
Sintiéndose el mayor trofeo que nunca jamás existiría.Egoísta, sin corazón,
intolerable y mediocre,
Así ella parecía,
Así todos la veían,
así ella se sentía.Sin embargo, por dentro ella esperaba
a que su madre viniera como cada noche,
y se deshiciera de sus lágrimas escondidas,
de los recuerdos que la embriagaban,
de sus sollozos ocultos,
que eran eclipsados por la persona que fingía ser.De esas inconsolables perdidas y mentiras,
del sufrimiento que la arrastraba sin piedad,
a la obscuridad del pozo sin fondo,
del dolor que había acumulado durante 12 largos años.De su indiferente y anodina existencia
frente al mar de personas,
Quería deshacerse de todo lo ella era,
Todo lo que recordaba y todo lo que sentía.De esa triste timidez,
y de la poca vida que poseía
olvidar todo, cada instante
cada segundo, cada risa y cada llanto.Cada escalofrío que recorrió
su casi esquelético cuerpo,
cada vez que sentía celos
e incluso cuando la Luna le tocó el pecho.Cuando creyó volar y
cuando la ira era sobre alguien más,
cada instante en el alguien la dejó sola
y cuando fue tan feliz que casi acaba con la etiqueta de loca.Pero sobre todo de ese día,
ese obscuro día cuando sus sueños
eran solo deseos y la inocencia la emanaba,
cuando el mundo parecía diferente ante su pequeña mirada.Otro de esos días llegó,
El padre, el mejor amigo.
La abandonó, dejándola a su suerte
Con esa familia a la que nunca conoció.-Iré a la guerra- le dijo ante esa señora
La cual decía ser su abuela,
-Te veré pronto-
promesa que en su vida cumplió.Bien, ellos, los que decían ser su familia,
no creyeron en las estrellas
y se fueron a buscar otro bar que los dejará pasar,
dejándola una vez más en su triste soledad,
junto con esos gritos desgarrantés, y esas risas sin piedad.Ella así vivió,
Así sobrevivió,
Así recuerda esa historia,
Con ese deseo fue como murió.Con el tiempo los libros se convirtieron,
En su deseo, su anhelo, su sueño y su futuro.
Su leyenda, su cuento, su droga y perdición.
En especial uno que robó de un estante en la librería,
a falta del dinero que la mantenía."CUENTOS", así decían sus letras doradas.
Era pequeño, como ella pero lleno de una magia entrañable,
al final de este venía una oración de alguien que ella desconocía,
"Escribe tu propia realidad".El tiempo fue pasando,
Como hojas al viento
Como mar al tiempo,
Y risas al sol de invierno.Se volvió humilde después de tanto esfuerzo,
Escribió su propia historia,
sin embargo siempre la quemaban al final de cada nota,
la enseñaron a callar el más anhelado deseo de su corazón.
Más caminaba por la vida.
Completamente sola,A lo único que llamaba familia,
eran esas personas las cuales conocía desde tiempo,
sus amigos, sus hermanos.
Y a un triste perro ojeroso,
Ella solía decir :-Sus pasos me siguen,
Su sombra me acompaña
Grandes ojos del cielo
Gris como la tormenta-.Conoció el amor,
lo sentía por los dos.
A pesar de que ella lo negaba rotundamente,
Ese niño con el cabello como la noche,
Y los ojos cual cielo azul se ganó sus suspiros
y un tesoro inalcanzable : su corazónPara su interior ella susurraba :
-¿Serás tú gárgola?
Qué a un lugar fuiste destinado,
¿Seré yo demonio?
Que no puedo permanecer a tu lado-.Con el paso del tiempo,
En esa casa a la cuál no pertenecería jamás
Sobrevino una pobreza,
es así como ella a pan y agua comenzó a traer dinero a casa.Ella siempre repetía por las noches:
"Hubo una vez una joven que tras la perdida de sus padres,
su arrogante madrastra hacía que ella trabajara por todas partes,
y debido a que sus vestidos siempre estaban manchados de ceniza
todos la llamaban Cenicienta".En una día donde harta estaba
y la puerta estaba abierta,
Una cachetada fue más que suficiente,
para que emprendiera el camino a su ansiada casa.Se encontraba huyendo,
con la libertad al alcance de la mano,
Cansada del trato de la que decía ser su familia.
Cuando perdió su zapato en la fría nieve, al buscarlo con la mirada
Encontró una niña quién se lo puso con una sonrisa en el rostro.Comenzaba ya a caminar hacía lo que era suyo,
cuando se divisó a sí misma, como una ilusión.
En los días donde su padre se había ido
Intentando encontrar algo de lo cuál vivir.Se vio a sí misma, reflejada en la inocencia,
Vio en ella todos sus deseos, y sus anhelos,
Y en un impulso que ni ella misma entendió
Le entregó el otro, lo único que ella traía contra el inevitable invierno.Estaba bien, pisando la fría nieve
con sus pies desnudos,
cuando divisó un callejón
en el cual se sentó, saboreando esa libertad de los mundos.Se encontraba soñando, imaginando, pensando
Se estaba congelando, pero la nueva vida que tendría,
la mantenía viva, sin embargo,
la mirada se le nublo, poco a poco,
Lentamente, la desesperación la invadía.Millones de cosas pasaron por su mente
De los cuales, no podría parar de contar,
Sin embargo se aferraba a su libro,
su más valiosa posesión de la cuál no podría escapar.Con sus pies helados,
Y su vestido ya sin poder dar un cálido abrigo,
Sus ojos le engañaron,
Observó a su familia, la única que tenía, lo único que ansiaba.Así pues fue como en la mañana.
Encontraron su cuerpo ya sin vida,
Nadie dijo quien era, nadie la conocía
Logró esa libertad que tanto quería.Sin embargo la niña no tenía zapatos,
Estaba hecho un ovillo
Con una sonrisa en los labios
Y pegado a su pecho un pequeño libro.Con esa nota que jamás fue escrita
Pero si creada por una escritora herida
Que nunca consiguió poner es su historia
"y vivió feliz para siempre".