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El camino a mi casa fue más rápido de lo normal, a pesar de que Tara no estaba excediendo el límite de velocidad.

En la entrada del recinto el guardia no nos abrió la puerta sino hasta que me quite el casco.

— Señorita Yoshida, ¿Se encuentra bien?— Se notaba preocupado, y no solo por mi aspecto.— Pensé que ante lo que pasó estaría con más seguridad y en su casa, mis condolencias para su familia.

— Se lo agradezco.— Fue lo único que le dije, no sabía a que se refería.

Seguimos colina arriba una vez nos dejaron entrar, en la entrada habían demasiados carros de la seguridad privada que tenían mis padres, nunca habían tantos.

— Algo no está bien.— Murmure bajándome de la moto.— Vengan.

— ¡Señorita Yoshi!— Brandi se acercó con rapidez y empezó a inspeccionar mi aspecto.— Es un alivio que este bien, toda la ciudad la está buscando.

— Brandi, ¿Que paso, por que hay tantos miembros de seguridad?

— Entre primero por favor, yo no puedo explicárselo.— Los cuatro entramos a la casa en cuanto los guardias nos dejaron entrar.

En la sala estaban mis padres, con un muy mal aspecto y había una sensación tensa en el ambiente.

— Torida...— Mamá se paro para abrazarme, pero una vez se separo me dio una bofetada.— ¿¡Donde estabas!? ¿¡Tienes idea de todo lo que a pasado!?

— Mamá, yo...

— Con su permiso señora Yoshida.— Tara se hizo notar, haciendo que hasta mi padre levantará la mirada.— Torida fue prácticamente secuestrada por una pandilla.

— ¿Como?— Mi padre, quien no había dicho palabra alguna por fin había reaccionado, la actitud que estaba tomando no era propia de el.

— Según nos explicó, la siguieron después de salir de clases y la obligaron a ir con ellos, gracias a que nuestra pandilla es rival de quienes se la llevaron la encontramos

— Es un alivio que la hayan encontrado. Me aseguraré de que sean recompensados, pero por el momento les pido que se retiren.

Chifuyu estaba por decir algo pero Tara no le permitio hablar primero que ella.

— Como guste, cuídate Torida, hasta luego.

— Se que la seguridad y su actitud no es solo por mi, ya díganme que paso.— Papa suspiro y me dio la espalda antes de responder.

— Tu abuela murió.

⚜⚜⚜

Las ceremonias que hicieron a la abuela fueron grandes y ostentosas, en sus años de servicio fue teniente de las fuerzas militares, el gobierno se encargo de despedirla como se lo merecía.

Tuve algunos días libres de clases por eso, días en los que no recibí mensajes de Koko, o mejor dicho, de Chifuyu.

De quien si había recibido mensajes era de Tara. Al parecer cuando hablo con mi papá le dijo que la pandilla que me había llevado era Black Dragons. También me dijo que se encargo de los bravucones de la escuela y que podía volver sin miedo alguno.

Pero la verdad era que no tenía ganas de volver a la escuela, a ninguna. No quería ver a nadie, a los bravucones, Baji, Tara, mucho menos a Chifuyu.

Los domingos papá solía estar en casa, por lo que aprovecharía para hablar con él. Toque la puerta del despacho y cuando me confirmó que podía abrir, me adentre captando su atención.

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