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Recogí todo lo necesario para las clases la noche anterior. Me sentía lista y muy feliz por volver, cosa que nunca antes había experimentado, siempre deseaba que la escuela se acabara pronto para irme a casa.
— Que tenga un buen día Yoshi.— Me sonrió el chófer por el espejo retrovisor y le devolví el gesto.
— Usted igual Brandi, le avisaré cuando este lista para que me recoja.
Baje del auto y cerré la puerta con suavidad, no quería que se dañara y lo culparan a el.
Los estudiantes que estaban en el patio delantero me observaron con curiosidad, otros solo ignoraron mi presencia. Me apresure a entrar para cambiar mis zapatos. No muy lejos de mi estaban los bravucones.
Una de las chicas tuvo intención de acercarse, pero Juu la detuvo y le susurro algo en el oído para después irse todos juntos.
Solté todo el aire que me aguantaba para después ir hacia mi nuevo salón, cuando traje mi documentación con Brandi pedí estar en el aula 2-B.
Habían algunos estudiantes platicando entre ellos, esas típicas bolillas de varias personas que se creaban conforme el año pasaba, y ya estábamos por terminar las clases así que no era extraño que hubieran grupos muy unidos.
— ¡Tori ven!— Al final del salón pude ver a Chifuyu moviendo su mano llamando mi atención, a su lado estaba Baji.
Me acerque a ellos dos bajo la mirada atenta de nuestros compañeros, no pase desapercibida ya que estaba yendo con los delincuentes de la escuela.
— No sabía que tu también cambiaste de clase Baji.
— Todo el mérito es de Tara.— Quito su bolso dejándome el asiento del centro libre.— Te guardamos un puesto.
Lo tome con gusto, nos dedicamos a hablar entre nosotros mientras la clase comenzaba.
— Hay examen.— Miramos al frente en cuanto escuchamos al profesor.——ñ Es individual.
— Maldita sea, no estudie.
— Ni yo.
— Shh.— Les hice señas de que bajaran la voz.— Yo los ayudo pero sean discretos.
Las siguientes dos horas estuvimos tratando de sobrevivir en la clase, tuvimos que buscar la última respuesta en internet ya que ninguno la sabía.
Le entregamos los exámenes al profesor para poder salir al pasillo, en cuanto cerré la puerta del salón empezamos a saltar de la emoción y a celebrar.
— Que grandes idiotas.— Al escuchar eso volteamos, no conocía a ese chico, pero no parecía nada feliz.
— Ryusei.— Chifuyu pronunció su nombre.
— Deberías estar enfocado en tus clases, ¿No crees?— La actitud de Baji era hostil.
—No estoy aquí por ustedes.— Los ignoró para después acercarse a mi.— ¿Eres Yoshida?
— Así es.— Su cercanía me puso nerviosa.
— Serás mi tutora.— Dictaminó seguro, sin preguntar primero.