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minho odiaba a hyunjin.

odiaba que sus ojos se transformen en medias lunas cada que sonreía. odiaba su peculiar y linda risa. odiaba aquel encantador lunar debajo de su ojo. odiaba sus hermosas, largas y esbeltas manos. odiaba que tuviera la estatura perfecta para que él pueda besar la frente de lee. odiaba lo gracioso que era. odiaba sus tentadores labios rosas. odiaba sus pequeños hoyuelos. odiaba que se viera tan bien incluso en su quinto sueño babeando su pupitre. odiaba cómo hwang hacía que un torbellino de mariposas atacara su estómago cada que lo veía. carajo, minho odiaba que hyunjin fuera tan, tan... hyunjin, tan perfecto a sus ojos.

se sentía tan frustrado viendo con una tonta sonrisa a hyunjin dormir sobre su libro de matemáticas aún cuando ya había sonado el timbre de salida. no lo quería despertar, no sabía cómo. se veía tan pacífico y etéreo respirando con calma, sus pestañas rozando sus pómulos y sus labios haciendo un pequeño puchero.

esta siempre era la peor parte, tener que despertar a hyunjin. minho tardaba minutos divagando y pensando antes de despertarlo con sumo cuidado, revolviendo sus cabellos dorados y llamándolo por su nombre hasta que iba abriendo sus somnolientos ojos de a poco.

pero habían veces, como esta, en la que a minho se le cruzaba la loca e idiota idea de despertarlo con un beso. imaginando que hyunjin era su príncipe durmiente esperando por su amado caballero a que lo despertara con un beso de amor.

y siempre se contenía, claro que lo hacía. tenía miedo de ahuyentar a hyunjin de su vida por un pequeño desliz de tentación como lo era el besarlo -y sin su consentimiento-.

aún así, cada vez era más difícil. la tentación llamándolo, algún tipo de hada madrina malévola susurrándole que lo bese, que despierte a su príncipe.

minho cerró los ojos con un poco de fuerza e hizo puño con sus manos, respiró profundo. inhala, exhala. pensaba en putin desnudo sobre un oso, en jype tocando el piano con sus pies, en el melón. y se calmó, logró calmar a la bestia (hormonas).

hizo lo de siempre, desordenó los cabellos rubios de su amigo y comenzó a llamar a su nombre hasta que despertó.

minho contuvo un suspiro al ver lo lindo y angelical que era hyunjin despertándose, aún con rastros de baba seca en su mejilla sonrojada por la presión que ejerció al apoyarse en ella. tan lindo. lo odio.

 lo odio

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sleeping prince + hyunhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora