𝓓𝗶𝗳𝗳𝗲𝗿𝗲𝗻𝘁 𝓡𝗲𝘀𝘂𝗹𝘁 ━━━ tate langdon ❪✓❫

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Mis ojos se abrieron, pero aun así no podía ver absolutamente nada. Oscuridad, era lo único que mis ojos lograban apreciar. Temí haberme quedado completamente ciega. El sudor traspasaba la tela de mi tejido rosado, una vestimenta que seleccioné tiempo antes de quedarme profundamente dormida.
Me levante exasperada, en busca de algún tipo de ayuda, aun cuando esta no iba a llegar, claramente. Pero, en cuanto me levante, lo que obstruia la luz que, se supone que debería llegar a mis ojos, cayó. Justo en mis piernas, permitiéndome ver un almohadón. Puede que me haya asustado un poco más de lo debido.
Suspire pesadamente, mientras un sollozo salía de mis esculpidos labios. ¿Estaba llorando?

Mi vista se fijo en el pizarrón que estaba frente mío. Un escalofrío recorrió mi espalda, dado a que observaba de todo menos calma mente la caligrafía torpe que posaba sobre la pizarra verde.

─¿Qué?

Mi voz salía entrecortada. No estaba segura si el motivo u causante de ello era que, estaba, inintencionalmente llorando, u el miedo que ocasionaba aquel tétrico mensaje.

Espérame, te veo hoy.

Comenze a imaginar diversos escenarios de como es que llego eso ahí, puesto que horas atrás aquello no se encontraba allí.. varias horas atrás, realmente, ya que parecía que dormí más horas de las necesarias.
Limpie mis lagrimas, sin saber que las pudo haber ocasionado. Supongo, que se trata de una especie de pesadilla, la cual, ciertamente, no recuerdo en lo absoluto. Sin darle más vueltas al asunto, y sin siquiera haberme puesto ropa decente, salí de la habitación. Me dirigí hacia el baño, cuando oigo algo caerse. Provenia de la habitación de Violet. Me apresure a ir, olvidandome de mis necesidades, como dije anteriormente, ir al baño, por ejemplo.

─¿Esta todo bien? ─Pregunte agitada, dado que podría decirse que corrí, más que caminar apresurada.

En cuanto abrí la puerta, Violet estaba
rodeada de ropa.

─Ouh, ¿Ordenando? ─cuestione lo que Violet hace.

─Mamá y papá quieren vender la casa y yo.. prefiero estar lista, por cualquier cosa.

La sonrisa que se había producido en mi rostro dado a que comprendí que Vi estaba bien, se esfumó. Tan rápido como se originó, deje de sonreír ampliamente.
Esta casa, realmente, era una mierda, al igual que mi vida aquí. Exceptuando la presencia de cierto rubio y puede que las escapadas que logró cometer algún que otro día. No es excesivamente mala la vida en esta vivienda, no tanto, ni en esta pequeña ciudad.

─Mhm. ¿Solo eso? ─Respondí, mirándola con melancolía. No quería alejarme de esta casa, ya no.

Ella negó con la cabeza, mirando disimuladamente la apertura que separaba su habitación al pasillo. Claramente, me pedía que me vaya.

─Omitire la parte en la que te pregunto como te enteraste de ello y, solo me iré ─complete, haciendo que surga mi característica sonrisa.

─Mejor, sí.

Se generó un silencio incómodo, por lo que decidí escapar de la situación. Cerré la puerta, encaminandome hacia mi habitación. De pronto, todos mis sentidos se agudizaron y logre oír pequeños murmullos provenientes de la planta de abajo. Otra vez, mi rumbo cambió drasticamente. Baje torpemente, pero, haciendo el menor ruido posible. Me apresure a llegar hacia donde se oía el sonido. La cocina. Me asome cuidadosamente, logrando percibir una cabellera rubia, la cual era medianamente larga, solo que estaba recogida. Luego, todo encajo. Comprendi que aquella mujer era una posible compradora, alguien quien estaba interesada en esta casa. En la casa del asesinato. Aquello no me importaba en demasía, por lo que me dirigí hacia mi habitación, nuevamente. Me adentre en mi cuarto, derramandome sobre la cama. Hoy era mi último día para descansar, puesto que al día siguiente debía volver al, como Violet mencionó, infierno. Básicamente, la secundaria. La odiaba, a ella y todos los que pertenecían a la institución. Eran extremadamente ridículos, y todos lo sabían. Simplemente lo odiaba, pero no tenía más opción, era mi responsabilidad. Mi cabeza revoloteaba por todas partes, por lo que intenté despejarme, leyendo. Tal como acostumbraba. Saque el libro que estaba en mi lista, leyéndolo desde que seleccioné esta habitación.