𝓓𝗶𝗳𝗳𝗲𝗿𝗲𝗻𝘁 𝓡𝗲𝘀𝘂𝗹𝘁 ━━━ tate langdon ❪✓❫

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    HABÍAN TRANSCURRIDO DOS
días desde que, obligatoriamente, tuve que asistir a clases. Cada vez detestaba más la molesta tarea de ir, y para empeorar todo, aquella chica que anteriormente me había amenazado no me quito el ojo de encima. Quería comentárselo a Violet, pero no encontraba una razón consistente u alguna excusa. De igual manera, hoy no asistió a clases aquella chica. De hecho, ayer la había visto en casa, por la tarde. Logre oír algunos reclamos, gritos y quejas. Estuve a nada de ir a reprocharle a Violet con respecto a los gritos, pero me contuve. Si hay algo que mamá me enseñó es ser paciente, y aveces lo soy.

—Ma, la luz de mi cuarto está fallando, desde ayer por la tarde —le advertí.

—En otro momento me encargo de ese tema —respondió cansada, cerrando los ojos.

Comenze a sospechar lo peor, puesto que mamá estaba extrañamente rara. Cambios de humor, y comía cualquier cosa que veía. Opte por la opción de que su cuerpo se comportaba de tal manera por su reciente trauma, su aborto espontáneo. Había leído de esto en Internet, resulta que, al parecer, la anatomía de la mujer reacciona de tal manera por el dolor que ocasiona perder un bebé. Papá lo había mencionado en una cena anterior. De igual manera, esta y otras cuestiones conformaban aquellos síntomas, pero sinceramente no las recuerdo en lo más mínimo. Mamá aseguraba estar bien, pero era claro que no era así.

—Mamá, no queda m.. —Violet entro a la cocina, consultando lo que sea que requería, pero se vio interrumpida por mamá.

—¡Hago lo que puedo!, voy a hacer lo que necesiten tu hermana y tu, pero porfavor, basta. Yo los vi, y nadie va a cambiarlo —sentencia mamá, para luego ir a su habitación agitada.

—Creí que ya había pasado esto —murmura Violet, suspirando— supongo que debo calmarla.

—O simplemente dejarla sola. Esta nerviosa por su.... perdida, y la infidelidad de papá. —sugerí, mirándola fijamente.

—¿Acaso no es lo suficientemente claro?, mamá y papá cojieron.

—Bien por ellos —respondí incomoda.

Violet solo rueda los ojos, riendo cínicamente.

—Mamá está embarazada, ¿hace falta que te explique como llego ese bebe a su vientre?

Yo solo negue repetidamente con la cabeza, riendo nerviosa. Violet solo sale de la cocina pacíficamente, no sin antes agarrar algo que no logre distinguir por completo.

—¿Qué es? —Pregunte antes de que se vaya.

—Cigarillos —responde simple, escapando de mi vista.

Sabía que no era eso. Tampoco mamá o papá son tan poco cautelosos como para tener cigarrillos en la almacena y fomentar sus vicios poco sanos.

—Cigarillos —repetí silenciosamente, agarrando un simple vaso de agua, yéndome de aquel ambiente.

Subí lentamente por las escaleras, pensando en todo y nada. Me resultaba extraño no haber visto a tate entre ayer u hoy. También la mención de un embarazo que Violet comentó y la frialdad junto con el extraño comportamiento de mamá, tan repentino y drástico.

Entré a mi habitación, cerrando la puerta cuidadosamemte en cuanto la haya traspasado, para luego dirigirme a mi esponjosa cama, agarrando el libro que días atrás había comenzado a leer. Lo posicione en mis piernas con cautela, tomando una pose extravagantemente extraña. Mis rodillas apretaban suavemente mi abdomen, con el libro de terror en medio de mis suaves muslos. Abría la tapa y me sumergí en un ambiente tétrico, aun más que el anterior, que generaba la lectura. Stephen King tenía algo que me atrapaba en sus hojas, que lograba hacerme perder en sus delicadas hojas, llenas de violencia, terror y corrupción. Leía cada párrafo con suma prudencia, prestadole totalmente mi total y fiel atención. Pero, de repente siento una mirada sobre mi. No sabría explicar lo que transmitía aquella mirada, la sensación que recorría mi estomago, la cual no era una muy agradable. Trate de olvidar esa sensación, pensando en que ya no se trataba de una niña con su libro, me convertí en una mujer con el amor de su vida, su amante. Pero, aquella sensación no desaparecía, y siquiera disminuiya. Me digne a sacar la mirada atenta de mi libro, y con pesadez observo en todas direcciones, sin poder ver a nadie. Volvi mi vista a el libro, con los pensamientos dispersos, hasta que la incomodidad se intensificó. Alce mi vista resignada, gracias a mi paranoia. Lo siguiente fue un grito ahogado. Había una jodida sombra humanoide petrificada en una esquina, mirando cada uno de mis movimientos en silencio absoluto. Me apresure a meterme bajo las sábanas, con el libro entre mis piernas y con todos los sentidos agudizados. No sé de dónde, pero saque el suficiente valor como para monitoreos en dirección a la sombra, levantando lentamente mi cabeza. No había nada, pero aquella sensación de estar siendo observada permanecía. Sin él coraje necesario para salir, y sin más para hacer, entre en un sueño, resignada a mi futuro.