por favor... dejame ir / Luckity #1

II

No era un secreto que nuestros protagonistas se hacían bromas de doble sentido de vez en cuando y que a veces también se hacían retos, bueno pues esta vez hicieron una noche de "bromas, retos y juegos" en la casa de nuestro querido Luzu, pero no estaban solos, claro que no. Estaban con algunos de los chicos, con ellos estaban Rubius, Vegetta, Alexby, Fargan, Mangel y Lolito.

- Luzu, te toca girar la botella -dijo el ojimorado a lo cual el castaño hizo caso-

El ojirubi giro la botella la cual apuntó a nuestro querido Quackity.

- bien, el reto es que paséis quince minutos en el armario ¿todos estais de acuerdo? -preguntó el rubio a lo cual todo asistieron-

Era más que obvio que nuestros protagonistas estaban nerviosos, ambos se levantaron y se dirigieron al armario.

- Ya veras cuando sea mi turno, rubia -dijo el azabache mirando fulminante al chico-

Habían pasado tres largos minutos que para ambos era una eternidad, ambos estaban demasiado cerca del otro, tanto que hasta podían sentir la respiración de cada uno.

El ambiente era tenso por lo que Luzu optó por romper el silencio que había pero cuando volteo su cabeza para mirar al azabache, sus rostros quedaron demasiado cerca, tanto que sus narices se rozaban.

El armario era algo alto pero estrecho por lo que estaban muy cerca del otro. Apenas habían pasado cinco minutos y ambos rogaban que ya pasara el tiempo.

Quackity en un intento de acomodarse hizo un mal movimiento haciendo que "cayera" arriba de Luzu. Una gran tensión se hizo presente. El castaño miro al azabache y en un impulso por la tensión... Lo besó haciendo que el más bajo se sorprendiera pero correspodira casi de inmediato.

El castaño agarró de la cintura al contrario y el azabache lo agarro del cuello para profundizar el beso, era un beso lento pero a medida pasaba el tiempo se hacía más intenso, estuvieron así hasta que se quedaron sin aire, estaban a punto de besarse de nuevo hasta que la puerta fue abierta por el pelirrojo haciendo que ambos se soltaran de inmediato, un sonrojo en ambos era notorio, todos ya tenían una idea de lo que pasó pero solo sonrieron, su plan había salido a la perfección.

- bien, Quackity te toca -dijo el pelirrojo el cual solo recibió un "bien" de parte del nombrado-

El azabache giro la botella y por obra del destino apuntó hacia Rubius el cual lo miro con algo de miedo.

- Tu reto será pasar lo que queda de la noche arriba de Vegetta -dijo mientras miraba a los nombrados sonrojarse-

- y yo por que? -pregunto el ojivioleta

- porque yo lo digo ¿están todos de acuerdo con esto? -pregunto a lo que recibió un "si" de todos menos de los nombrados los cuales parecían un tomate de lo rojo que estaban-

Siguieron jugando toda la noche hasta que todos quedaron dormidos menos uno de nuestros protagonistas que no era nada más ni nada menos que Quackity el cual decidió salir hacia afuera a tomar aire.

Luzu, quien estaba intentando conciliar el sueño escucho abrirse y cerrarse la puerta así que se levantó y miró quien faltaba así sin encontrarse a Quackity así que se levantó y se dirigió hacia afuera encontrándolo recostado en un árbol.

El azabache escucho unas pisadas por lo cual se puso en alerta, no llevaba nada para defenderse así que agarro un palo que se encontraba por ahí, estaba listo para atacar y en cuanto lo hizo escucho un quejido, le había pegado al castaño el cual decía maldiciones mientras se agarraba la cabeza, el menor se dio cuenta de lo que hizo y no pudo aguantar la risa mientras recibia una mirada fulminante del contrario lo cual hizo que el menor riera más fuerte.

- ¿que haces aquí afuera? Es peligroso -Dijo sentandose una vez calmado-

- no podía dormir ¿y tu? ¿Que haces aquí?

- lo mismo.

Ambos quedaron en un silencio para nada incómodo, más bien era un silencio algo reconfortante, el estar juntos los hacía sentir mejor.

El castaño estaba por romper ese silencio hasta que sintió un peso en su hombro, volteo y se dio cuenta de que el azabache se había dormido en su hombro.

Habían pasado tres días de lo sucedido en el armario y ninguno de nuestros protagonistas se dirigía la palabra pero Quackity no se iba a quedar así, claro que no. Desde lo que pasó esa noche sus sentimientos se aclararon, le gustaba Luzu y lo sabía bien.

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