- ¿q-que? -miro al suelo junto con Vegetta y efectivamente, justo debajo de el había sangre, un dolor punzante se hizo presente haciendo que el Rubio se sentera de inmediato, no quería seguir gritando- m-mierda.
Willy se apresuró a buscar algún médico mientras que Vegetta trataba de calmar a Rubius y a los niños, después de un par de minutos el peliblanco volvió con un médico y una enfermera.
El omega fue transferido de inmediato a una habitación siendo atendido enseguida.
- bien, por suerte no es algo grave, solo debe de evitar el estrés y los problemas y si está solo necesita estar con alguien que lo cuide ¿vive solo?
- s-si, quiero evitar los problemas.
- pues a partir de ahora tiene que vivir con alguien, es más recomendable con el padre de los bebés.
- ¿b-bebés? -dijo algo desconcertado-
- si, mire aquí hay uno -dijo apuntando en la pantalla de la máquina- y aquí está el otro, son gemelos ¿quiere saber los géneros?
- si por favor -dijo con algo de emoción-
- bien... Oh mire, esta es una niña y este... Al parecer es niño, felicidades héroe Rubius.
El rubio soltó un par de lágrimas y sonrió.
- bien, necesitará reposo al menos una semana, necesita que alguien pueda estar con usted.
- bien, gracias ¿puedo ver a Quackity?
- por ahora tiene que quedarse aquí y descansar.
- ¡Rubius! -entró Vegetta preocupado- ¿está todo bien?
- Vegetta ven mira -lo llamó, el ojimorado se acercó inmediatamente- son dos, niño y niña -el ojimorado se sorprendió y empezó a soltar algunas lágrimas de emoción-
El peligro abrazo al omega y para su sorpresa este se dejó.
- os dejaré solos, me retiro -y sin decir más se fue-
- Rubius yo lo siento enserio, lo siento con toda mi alma, está bien si no me perdonas, tienes todo el derecho de no hacerlo pero creeme cuando te digo que quiero estar a tu lado, por ti y por los niños, nuestros niños, Rubius yo te amo.
El rubio no decía nada, eso empezó a asustar un poco al ojimorado, estuvo a punto de irse pero fue detenido por un agarre en su muñeca.
Vegetta se volteo y vio a un Rubius con los ojos llorosos.
- ¿si sabes que ahora me tendrás que aguantar hasta que nazcan, no? -le sonrió mientras las lágrimas caían, el ojimorado no tardo en soltar lágrimas también, ambos se abrazaron- yo también lo siento, Vegetta, si te soy sincero puede que hubiera hecho lo mismo si estuviera en tu lugar -ambos soltaron una leve risa aún sin separarse del abrazo- vegetta yo... Yo también te amo.
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