Ni-ki no entendía la rara personalidad de Sunoo y tampoco lo entendía a él hasta que descubrió que el pequeño con ojos zorrunos provenía del año 1949 y que fué prisionero en los campos de concentración de Hitler...
Inicio: 17/Mayo/2022
Final: 11/Dic...
Tras darle las arras a Sunoo e intercambiar los anillos, Hee y Jake colocaron el lazo entre ambos en forma de un infinito. El pecoso miró aquel anillo el cual era hermoso, tenía una pequeña piedra que brillaba mucho, por el tamaño del círculo deducía que era un anillo de mujer, no le importó, sólo le sorprendió así que miró a Hee.
— El anillo que lleva Ni-ki era de Heeseung, el que llevas tú era el de mi abuela. —dijo al suponer lo que significaba su mirada.
Sunoo volvió a mirar el anillo, no sólo el suyo, tomó la mano de Riki para admirar lo que en algún tiempo le perteneció a su mejor amigo. Mostró una amplia sonrisa y abrazó la mano de su aún prometido contra su pecho. Todavía tenía algo de su mejor amigo, Heeseung seguía ahí con él.
— Nishimura Riki, ¿Aceptas a Kim Sunoo como tu futuro esposo para amarlo y respetarlo en las buenas y en las malas hasta que la muerte los separe? —preguntó el casi anciano mirando al primer mencionado.
— Acepto. —dijo sin dudarlo y con una amplia sonrisa coqueta, la cual puso tímido al rubio frente a él, lo notó por sus mejillas color carmesí.
— Kim Sunoo, ¿Aceptas a Nishimura Riki como tu futuro esposo para amarlo y respetarlo en las buenas y en las malas hasta que la muerte los separe? —ahora dirigió su mirada al rubio.
Sunoo cerró sus ojos unos segundos, en el pasado Heeseung siempre le hablaba sobre lo divertido que sería casarse, bailar y reír con los amigos y por supuesto con Sunoo. Sin embargo el pequeño pecoso siempre pensaba que las bodas eran aburridas, quizás porque nunca pensó en casarse, en esa época le era imposible pero ahí estaba ahora.
—soltó una de sus manos para limpiar las lágrimas de sus mejillas y después asentir abriendo sus ojos después. — Acepto.
— Por el poder que se me concede, ahora los declaro esposos. —sonrió ampliamente dando unos pasos hacia atrás.— Puedes besar al chico.
Riki sujetó con mucha delicadeza las mejillas del pecoso, las acarició suavemente antes de acercarse a él, cerrando ambos sus ojos al unísono. Sunoo puso sus manos sobre las ajenas y cuando sus labios chocaron y ambos correspondieron, los demás gritaron y aplaudieron. Cuando se separaron, rápidamente el menor se abrazó al pelinegro y sin dudar, Riki también lo abrazó con fuerza.
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— Ahora hablen. —dijo Jake al sentarse en la mesa junto a Lilly.— Díganos como Sunoo te pidió matrimonio.
— Que vergüenza... —murmuró el nombrado.
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— Bien, dime porqué me invitaste a cenar, lindo. —dijo Riki mientras movía suavemente su copa la cual contenía vino.— Déjame adivinar, ¿Necesitas ayuda con tus alumnas?
— No, nada de eso... —se encogió de hombros y apartó un poco su mirada.— Ellas me escuchan y son muy educadas.
— Vamos, ¿Entonces necesitas ayuda con una coreografía? Si quieres que te ayude con eso me lo hubieras dicho en casa, no hacía falta salir, pequeño. —sonrió bebiendo un poco de su copa mientras miraba como la mesera dejaba un plato con bolas de arroz.
