Serpiente Blanca 🐍 Levi Ackerman

🐍 1. Intermediario

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El trío EMA se encontraba en el campo de tiro. Eren apuntó a una lata a lo lejos con su rifle y disparó.

– El puerto pronto estará listo –dijo Armin emocionado.– Avanzamos mucho gracias a los ingenieros de Marley.

– Me sorprende que ayudaran –comentó Mikasa.

El rubio se cubrió los oídos cuando el castaño disparó, y luego las bajó para contestar:

– Al principio todos sospechábamos de todos. Pero, con el tiempo, tratando con personas y no con etiquetas, pudimos entendernos.

Eren lo miró un momento, volvió la vista al campo de tiro, y preguntó:

– Armin, ¿Viste algún recuerdo de Bertholdt?

– ¿Eh? –exclamó nervioso y volteó la mirada.– Ah...No, nada útil.

– No tenemos tiempo. A Zeke le quedan unos tres años de vida. Tn no podrá hacerlo sola tampoco.

– Pero, ¿De verdad vamos a seguir el plan de Yelena? ¿Vamos a confiar en Tn otra vez?

– ¿Hay algún problema?

– Sólo podemos proteger a los eldianos con el Retumbar. Sería una pesadilla que suma al mundo en el miedo –el castaño volvió a disparar.– ¿No podemos hablar antes? Si deshacemos el malentendido con Marley y el resto del mundo...

– ¿"Malentendido"? –recargó otra bala, dejando caer el casquillo vacío.– ¿Qué malentendido?

– Si ven que no damos miedo...

– Para el mundo somos monstruos que se transforman en titanes. Eso no es un malentendido.

Mikasa y Armin lo miraron con cierta preocupación.

– Pero nos hicimos de algunos amigos marleyenses.

– ¿De cuántos? La mayoría de soldados miran mal el campo de concentración.

– Pero con el tiempo...

– Sí. Necesitamos tiempo.

– Hm.

– Exacto. Y para ganar tiempo hemos de evitar que interfieran –volvió a disparar.

[Marley]

Tn había decidido salir de casa esa tarde para irse de compras, y por supuesto llevaba una tiara de plata decorando su cabello; detrás de ella caminaba Luke, cargando sus compras.

– Lady Tn, descendiente de los salvadores –saludó un hombre con un carrito de helados.

– Hola –sonrió.

– Veo que está de compras, ¿Qué tal un helado para endulzar su tarde? –tomó un cono.– Su humilde servidor se lo invita.

– Oh, suena bien.

El hombre le sonrió, le preparó el cono de helado con mucho cuidado, y se lo entregó con delicadeza.

– Gracias.

– A su servicio, Lady Tn –hizo una reverencia.

La joven volvió a caminar, mientras comía su helado.

– ¡Princesa Tybur! –exclamó una niña, acercándose corriendo a ella y haciéndola detenerse.

– Hola –saludó, revolviendo su cabello. La menor rió.

– Tenga –tomó una rosa de su canasto y se la extendió.– De mi parte.

– Oh, qué dulce –la tomó.– Gracias.