🐍 20. Sacrificio

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La numerosa flota se encontraba posicionada a metros del muelle, un barco al lado del otro intentando crear una especie de muralla para poder atacar a los Colosales y detener su avance; en ellos, todos corrían nerviosos, preparando todo para el ataque.

«La Flota Universal. Prácticamente todos los cañones gigantes que existen en el mundo están concentrados aquí. Todas las mentes humanas están enfocadas en el mismo objetivo. Si esta flota milagrosa no puede detenerlos, la humanidad no tiene forma de parar...este Retumbar», pensó el Almirante General.

El hombre bajó los binoculares con los que veía al enemigo avanzar, levantó en alto su brazo derecho, manteniéndolo unos segundos, y lo bajó mientras gritaba, dando la señal.

Todos los buques dispararon a la vez, creando una lluvia de balas de cañón, las cuales lograron darle a algunos Colosales bajo el agua.

Hubo unos segundos de silencio, y al ver que aquellos seguían moviéndose, sólo pudieron exclamar sorpresa y volver a disparar repetidas veces.

Sin embargo, los Colosales acabaron acercándose al muro de barcos, el caliente vapor quemó hasta la muerte a los marineros, y los titanes explotaron los navíos al pasar bajo ellos, provocando que sus partes salgan volando y caigan al agua, hundiéndose en ella.


En tierra, los militares que aguardaban con sus camiones exclamaron sorpresa al ver que el ataque naval había fracasado.


Al llegar a la costa, los Colosales comenzaron a levantarse para caminar por la superficie.


Los militares dispararon sus cañones hacia ellos, pero el ataque fracasó también.

Los hombres exclamaron su terror, y comenzaron a darse la vuelta para huir.


Algunos se detuvieron en la cima de la calle que subía, viendo al descomunal titán que venía tras las filas de Colosales: esquelético, el cuerpo principal, el Titán de Ataque, estaba suspendido en el aire y sujeto por tendones que parecían los hilos de una marioneta, y estos estaban sujetos a una de las tantas protuberancias vertebrales del resto del cuerpo; su caja toráxica tenía sus costillas onduladas que lo hacían parecer un ciempiés, y avanzaba con sus pies, su cráneo no tenía piel ni músculo más que algo de musculación en su mandíbula, tenía cabello negro y largo que caía incluso sobre su rostro, orejas puntiagudas hacia los lados, y demoníacos ojos verdes.

Los militares exclamaron su terror al verlo.

– Ese es... –dijo señalándolo.

– Sí. Es él –lo señaló también.– ¡El Titán de Ataque!

Varios gritaron aterrorizados.


El Retumbar continuó su avance, con los Colosales aplastando toda la ciudad costera, dejando atrás las huellas de sus gigantescos pies, en lo que más tarde sólo sería tierra árida, sin rastro alguno de vida humana, animal o vegetal.

[Noche]

[Odiha, Marley]

El barco llegó finalmente al puerto de Odiha, y varios desembarcaron; primero encendieron las luces de las torres del muelle donde estaban igual que las del andén que usarían, y luego comenzaron con la preparación de la aeronave.

La ciudad estaba en completo silencio y oscuridad.

– Cuánto silencio –comentó Hange a Kiyomi.

– Los residentes de Odiha ya deben haber huido hacia el sur –la miró.– No queda ningún barco.

– Contamos con ustedes, Azumabito.

– Sí. Haremos que el avión alce el vuelo. Les dejaremos nuestra tierra a todos ustedes. Por favor, salva Hizuru, nuestro hogar.

Serpiente Blanca 🐍 Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora