Serpiente Blanca 🐍 Levi Ackerman

🐍 10. Declaración de guerra

[Residencia Wagner]

Stefan se acomodó la corbata negra de su traje blanco hueso. Mina llamó a la puerta e ingresó al recibir el permiso.

– ¿Estás listo?

– Me falta peinarme.

– Déjamelo a mí.

– Está bien.

La mujer tomó el peine, se acercó a su hijo por detrás, y comenzó a peinarlo echando su cabello hacia atrás.

– ...Vi a mi hermana anoche.

– Era obvio que estaría allí, es una Tybur.

– Me pude acercar a ella, huele a anémonas de los bosques. Las flores que anticipan la primavera, pero también simbolizan el abandono.

– ¿Hiciste qué?

– Sólo me acerqué a servirle una copa de champaña, no hablé con ella. Pero...me miró y me sonrió –sonrió emocionado.

– Ya veo...

– Es hermosa, mucho más que en las fotos. Aunque sí se parece a ti –rió.

– Tiene los ojos de su padre –sonrió, nostálgica.

– Así que él es el de los ojos verdes...Ethan es igual a Tn –sonrió.– Él sacó los ojos de papá, pero es rubio como tú.

– Sí.

Stefan la miró de reojo, ante el pequeño titubeo en su voz.

– Te ves adorable –rió.

– Gracias –volteó, mirándola.– ¿Irán al festival?

– Tu padre y yo llevaremos a Ethan, y asistiremos a la obra que planea presentar Willy.

– Entonces nos veremos allí.

– Tú céntrate en tus compañeros guerreros y en dar una buena impresión.

– Está bien –asintió.

Mina le colocó el brazalete amarillo a su hijo en el brazo izquierdo y luego besó su frente dulcemente.

– Diviértete.

– Ustedes también, mamá.

El menor tomó su billetera, guardándola en el bolsillo de su chaqueta, y bajó con su madre hacia la planta baja.

– Me voy ya, papá –avisó.

Richard se levantó del sofá, revolviendo el cabello de Ethan, y se acercó a su hijo.

– Te ves muy bien.

– Gracias –rió.

– ¡Hermano se ve increíble! –comentó, acercándose.– Eres genial.

– Gracias –revolvió su cabello.

– Diviértete hoy.

– Sí –asintió.– Nos vemos en la noche.

– Por supuesto.

– ¡Suerte!

– Gracias.

Stefan se despidió de la familia y salió de la casa, para ir a reunirse con sus amigos cadetes.

– Vaya, miren al señor sucesor –bromeó.

– ¡Oh! Te ves bien.

– Con el pelo así te pareces al Oficial Galliard.

– Creo que a él le queda mejor –rió.– ¿No falta Gabi?

– Debe estar durmiendo.

– Sí. Vamos a buscarla.