Capítulo 9

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Aquella mañana, mejor dicho mediodía, le había enviado un mensaje a mi madre avisándole que iría a almorzar con ellos, ya que hacía mucho que no pasábamos momentos como esos, juntos, y ví este día como una oportunidad porque dentro de una semana sería el aniversario del fallecimiento de Will, mi hermano.

-Hola Oli, tanto tiempo - me saludó mi padre al abrir la puerta - pasa, pasa.

Y eso hice.

-Veo que acomodaron un poco el comedor - dije apenas entre.

Desde que tengo memoria, el comedor estaba acomodado con la mesa y las sillas, un sofá cerca, frente al televisor. Pero ahora solo estaba la mesa. Aquel sillón donde nos sentabamos los sábados por la noche en familia a ver una película de comedia, ya no estaba y era extraño.

-Si, quisimos cambiar algunas cosas, creímos que fue una forma de volver a empezar, ya sabes, dentro de poco será el aniversario de... - no pudo terminar la frase porque apareció mi madre con una sonrisa, no quiso deprimirla con eso.

Mi madre sufrió demasiado con el fallecimiento de mi hermano, al principio ni siquiera salía de su habitación, quería estar en algún lugar donde Will haya pasado gran parte.

En el caso de mi padre, el prefería trabajar para mantenerse ocupado y no pensar en aquello. Recuerdo perfectamente el día que llegó cansado a casa y de un momento para el otro comenzó a llorar, cuando le pregunté que pasaba solo me dijo:

-Ya hace un año que no está.

Solo pude abrazarlo y decirle que todo estaba bien, que Will fué feliz siempre y que estaba en un lugar mejor.

-Hola Oli, ¿Cómo estás? - me preguntó mi madre.

-Bien ma - respondí.

-La comida ya está lista - anunció.

-Bien - dijo mi padre con una sonrisa.

Nos sentamos en la mesa, en los lugares de siempre.

Hablamos de muchas cosas, que era de mi vida, mi trabajo, mi casa, de los chismes que mi madre se enteraba por las vecinas y un montón de cosas más.

Al terminar, nos sentamos en el patio, había unos sillones individuales.

-Recuerdo que Will y tu jugaban aquí cuando eran chicos - dijo mi madre de un momento para el otro.

-Si - respondí.

-Que bellos momentos aquellos, ¿No?

-Claro cariño - le respondió mi padre.

-Ya casi 7 años...

Comprendía su dolor, su tristeza, sus recuerdos.

-Necesito hablar de esto, no puedo guardarlo para siempre - y tenía razón.

- Si - respondió mi padre.

-Esta bien - dije.

Hablamos de muchas cosas que relacionaban a Will, como estábamos nosotros, cómo estaban sus amigos, a ellos también les dolió demasiado su perdida. Pero gracias a esta tarde, pude notar que lo habíamos superado en algún punto.

Dos horas más tarde, me fuí a mi casa, aquella noche tenía que ir acomodar unas cosas en el bar para el día siguiente, era lunes y no abríamos el local ese día.

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NOTA DE LA AUTORA:

Ya pasó una semana, pero aquí está.

¡Hasta el próximo capítulo!


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