Epílogo.

20 2 1
                                    

                                                                                            THOMAS. 
AÑOS DESPUÉS. 

Olive me pidió que escribiera algo improvisado aquí mientras ella iba hasta el bar para buscar algunas cosas, o algo asi entendí, estaba muy dormido cuando me avisó. Es tan precavida que me dejó una nota en la puerta de la heladera para que lo recuerde. 

Intentaré hacer lo mejor posible. Porque me pidió a mí. A mí. Que escribiera un epílogo sabiendo perfectamente que soy malísimo en la redacción. Que confianza me tiene. Y la aprecio mucho.

Me dí la libertad de leer toda la historia por segunda vez en mi vida, la primera vez fue cuando me lo contó  unos años atrás. Sigo sin entender el motivo de que esto fuera algo secreto, si es maravilloso.

Yendo a lo que tengo que hacer... seis años ¿Qué les puedo contar?

Bueno, nos casamos hace cuatro años. Vivimos en una casa inmensa, con tres habitaciones, un gran patio, un comedor en el que pueden entrar fácilmente veinte personas, un living con un sillón muy cómodo y, lo más importante, una pequeña biblioteca llena de libros de todo tipo.

Se preguntarán el porqué de tener una casa tan grande si solo somos dos personas viviendo en ella, pues si, somos dos personas, pero también tenemos tres bellas mascotas: dos perros, llamados Ti y Ta, no me pregunten porque le pusimos esos nombres, y un gato muy dormilón llamado Pulo. 

Para nosotros, ellos tres son nuestros hijos, solo les falta poder hablar y listo. 

Estuvimos hablado de formar una familia, pero decidimos esperar un tiempo, primero queremos vivir un tiempo sin tener que estar alertas a que hace un niño pequeño por toda la casa. 

Si se preguntan que pasó con el bar, pues, mi tío John, como regalo de bodas, nos informó que sería nuestro y unos días después de que nosotros nos fuimos de viaje, mi mamá me llamó una noche y me contó que se había ido a recorrer un poco Asia.

Actualmente no tiene el mismo estilo como lo tenía John, con Oli le hicimos un par de cambios. Ahora es un cafe-bar que abre todos los días, pero que los sábados y días de festejos, realiza shows para todos.

¿Recuerdan de aquella idea que teníamos con Olive de invitar a nuevos artistas del pueblo a participar? Pues, eso es exactamente lo que hacemos. Aunque anteriormente deben anotarse en una planilla y hacernos una pequeña demostración.

Por otro lado, el libro de Will es todo un éxito, no puedo creer que ya hayan pasado cinco años de aquel momento. Se tardó un años en publicar.

Ni se imaginan la emoción de Oli el día en el que le avisaron que faltaba una semana para su publicación. Ni cuando salió. Fueron los días que más festejé en mi vida.

Algo que no podrán creer es que soy muy amigo de Axel, si del mismísimo Axel. En estos momentos está de viaje por algo de su trabajo, pero aquellos dias que está aquí, viene todas las noches a cenar, algunas veces solo, y otras con su novia, una pelirroja que, al verla por primera vez me dió la impresión de que era una persona de poca paciencia y miraba a todos con una cara de pocos amigos, pero resultó ser todo lo contrario.

Y hablando de amigos, me acabo de acordar que en unas semanas viene Lina al pueblo para visitar a su familia. Hace dos años se fue a vivir a otro país y viene aquí dos veces al año, una para las fiestas y la otra cuando tiene unos días libres en el trabajo.

Solo puedo decir que cambió muchísimo, la veo feliz. De Charles digo exactamente lo mismo.

Y como ya no se que otra cosa contar, finalizo este bellísimos epílogo diciendo esta frase: 

"Somos felices y comemos perdices".

Creo que era así, sino que me corrija Oli cuando lea esto, y ya que pienso que lo revisará, le dejo este mensaje: ¿Contenta con mis palabras emotivas cariño?

                                         OLIVE.

Si, estoy contenta y emocionada con tus palabras emotivas.

¡Cómo ha pasado el tiempo! Ya tengo 29 años y en pocos meses 30.

Estos últimos meses han sido bellos, con Thomas a mi lado soy muy feliz. Con el sueño de mi hermano cumplido soy feliz. Con ver a mis padres con una sonrisa en el rostro soy feliz. Trabajando en el bar soy feliz.

¿Qué más puedo pedir? Tengo todo lo que siempre quise.

Y ahora llegó el momento de terminar esta historia, de cerrar esta etapa, pero quiero que sepan que me llena de emoción saber que ustedes la esten leyendo.

¡Hasta siempre!

OLIVE.

La Historia De OliveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora