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Namjoon había estado pensando por día y medio sobre las palabras que le había dicho Jungkook, hasta que se logró convencer en seguir sus consejos. El chico tenía razón, no iba a enamorar a su hyung si estaba todo el día encerrado y sin ningún tipo de interacción.

Así que se encontraba frente a la puerta desde hace unos minutos con una caja en mano, había salido a comprar un bonito y costoso traje para Jin y tenía ensayado un discurso para que lo acompañara a esa fiesta.

Diablos, su hyung puede ponerlo tan nervioso como cuando cometió su primer asesinato. Incluso el hombre joven no cree que ni se compare. ¿Por qué, teme ser rechazado por Jin?

El tener que salir de su zona de confort para gustarle a alguien es extraño, pero ¿qué sabe él de amor? Namjoon murmura una maldición e inhala profundamente y cuando levanta la mano para tocar la puerta, esta se abre, mostrando a un impasible Jin.

—¿Piensas tocar o estás ideando un plan de cómo sacar mi cadáver?

—No quería interrumpirte.

—Ya lo hiciste, creo que hasta puedo escuchar los engranajes de tu cabeza al otro lado de la habitación. —se recuesta del umbral y arquea una ceja hacia la caja negra con lazo blanco, señalándola dice: —. ¿Eso es para mí?

—Yo, eh, sí —le entrega la caja y sonríe— ¿puedo entrar?

—Es tu casa. —se hace a un lado para darle permiso y entre, Jin camina hacia la cama abriendo la caja y se detiene abriendo los ojos de más cuando ve el traje dentro, y no, no es porque sea un traje, sino la marca del mismo— ¿Qué es esto?

—Es un traje para ti y para que me acompañes a una fiesta. Esta noche. —dice el moreno y luego frunce el ceño. Bueno, nada de eso fue lo que ensayo, pero ya está dicho y no piensa echarse para atrás.

—¿Perdona?

—Bueno, mierda —murmura con una risa nerviosa— esto no salió como quería, pero ¿quieres acompañarme para una fiesta esta noche?

—¿Por eso me estás dando un traje caro y de mi marca favorita? ¿Siquiera es de mi talla?

—Mh, Jungkook, me ayudo con eso. —se encoge de hombros, rasca su nuca nerviosamente y mira con curiosidad genuina al mayor— ¿Si me acompañaras?

—No lo tomes como un sí, pero ¿a qué hora sería?

—Bajarías a quince para las ocho.

—Bien. —señala la puerta y Namjoon asiente para luego salir de la habitación.

Jin deja la caja en la cama y lo mira con el ceño fruncido, bueno, ahora tiene un traje Louis Vuitton que vale más de dos mil dólares y una invitación para asistir a una fiesta. ¿Debería al menos convivir con su secuestrador y seguir el consejo de su hermano? Tal vez, tuviera razón y podría aburrirse de él y terminar liberándolo

ice cream ; namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora