Hacia Lo Salvaje - Pokemon

- Capitulo 32: El Heredero y La Tumba -

No tengo Pokémon. O cualquier referencia de TFS.

El AN en la parte inferior explica las cosas derivadas. Ah, y mi próxima historia.

Además, una galleta digital para todos los que puedan adivinar de quién habló el Rhydon Oak.

Episodio 32

El heredero y la tumba

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Gore experimenta su primer huracán

Bayas de oran, bayas de sitrus, bayas de jazz, ¡más bayas de las que podría comer en un día! ¡Fue la mayor creación de la naturaleza! El Swinub se zambulló en el montículo de bayas de diez pies de altura con un chillido encantado, luego su mundo explotó de dolor y sus ojos se abrieron de golpe.

Sus ojos marrones se abrieron. Aunque la visión de Gore todavía estaba nublada, pudo distinguir las almohadas de su compañero. Realmente necesitaba apoderarse de una de esas almohadas... Un crujido tan fuerte que le resonaron los oídos hizo saltar a Gore con un chillido. El cerdito se revolvió frenéticamente para encontrar el origen del sonido.

¡Ajá! Estaba fuera de casa. ¡Sabía que nada podría colarse en estas orejas! Gore movió sus orejas largas y caídas para enfatizar. Eran casi del tamaño de su cabeza. Si algo podía acercarse sigilosamente a él, entonces había sido jodido como ningún Pokémon antes.

El Swinub se apoyó en el alféizar de la ventana. Lo que vio hizo que sus ojos se hincharan. ¡Viento tan feroz que las cercas casi se estaban arrancando del suelo! "Oh..." ¡Un rayo cayó tan cerca de su casa que pudo ver la electricidad caer del cielo! "Oh, Dios..." El trueno retumbó de nuevo, haciendo que sus oídos zumbaran como el canto de un grillo. "Oh dulce madre de hielo y nieve..."

Esto solo puede ser...

"¿¡CALENTAMIENTO GLOBAL!?"

"¡CULOSSSSHHHH!"

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El chico pelirrojo se detuvo antes de llegar a la oficina que su padre una vez había llamado suya. La oficina que debería haber pertenecido a su padre mientras su abuelo ocupaba el lugar que le correspondía en la oficina del Campeón. Indudablemente habría sido así si el mundo fuera justo. En cambio, los Rockets se encontraron divididos en dos facciones más débiles, y la corrupta Liga Índigo había vuelto a llenar sus filas. Lo más humillante de todo fue que su derrota fue provocada por una familia que Agatha había creado al sacar a un joven huérfano de la calle. Y pensar que el único miembro que queda de esa familia es el que tiene el verdadero poder dentro de la liga...

Su mandíbula se apretó. Bruno de Pewter y su mono cerdo arruinaron un plan de treinta años. Si bien era cierto que habían perdido a los miembros menores de la horda de Genesect ante Hellfang, aun así lograron matar a todos los miembros del equipo de Karen y a la joven campeona. El golpe a la moral de la liga debería haber sido suficiente para permitir que los Rockets organizaran un asalto directo a la capital. Todo parecía haber encajado cuando llegó la noticia de la muerte de su padre.

Jira tocó su hombro ligeramente y canturreó. Silver se puso rígido, luego agradeció a su compañero con una sonrisa forzada. Este no era el momento para distraerse. El más brutal de los matones de Giovanni estaba sentado al otro lado de la puerta. Él abrió la puerta. La habitación era sencilla, un sofá de color rojo oscuro contra la pared y una pintura de su padre detrás del escritorio de roble eran las únicas cosas que había en ella. Fue la malicia que prácticamente podía saborear lo que puso los pelos de punta en su nuca.

Silver inmediatamente se arrodilló, con la cabeza gacha. Llevaba poco más de un mes con los Kanto Rockets. Lo primero que notó fue que Proton no era tan inteligente como su hermano. Aparentar sumisión o debilidad sería suficiente para desarmarlo. La idea de que él, el bisnieto del fundador del Team Rocket, se viera obligado a arrodillarse ante el hermano inferior de Archer lo irritaba. Su compañero sintió lo mismo. Las pinzas de Jira se abrieron ligeramente cuando el Ejecutivo se giró para dirigir una mirada desdeñosa a Silver.