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Me desperté con el sonido de Enola gruñendo enojada y me levanté de un salto en la cama, con los ojos todavía entrecerrados. Allí estaban los lápices que mamá nos había regalado tirados por todo el piso y Enola tenía su lámpara de gas encendida, pasando uno de los regalos que mamá nos había dejado.

-Enola, ¿qué diablos estás haciendo?-susurré y su cabeza se volvió hacia mí mientras bostezaba.

No dijo nada, solo tomó un trozo de papel marrón rasgado y leyó las palabras mezcladas en él.

-Alone-Se dijo en voz baja para sí misma y fruncí el ceño, levantándome de la cama para ir a mirar por encima de su hombro. -Ese es mi nombre-dijo

La hoja de papel marrón tenía una fila de letras desordenadas, comenzando con 'alone'. Sigo leyendo para ver 'eilema'

-Y ese es mi nombre- susurré, captando lentamente la idea mientras corría hacia mi mesita de noche, sacando la pequeña bolsa de piezas de Scrabble.

Enola los agarró y los derramó en el suelo mientras yo me agachaba a su lado.

-M...S....A....C- Enola murmuró mientras disponía las cartas, con las cejas fruncidas.

-Pruébalo al revés- Sugerí y rápidamente se puso a trabajar, reorganizando cada una de las piezas.

-Crisantemos y mi mirada Enola Amelie- Ella leyó en voz alta, un poco confundida dirigiéndose hacia la habitación de mamá.

-¡Silencio!- Le susurré a Enola cuando se golpeó el pie con la cómoda y gimió de dolor, pero se mantuvo en silencio.

Dejé la lámpara de gas sobre la mesa junto a los crisantemos, y Enola agarró el librito de flores que mamá nos había enviado y la empezó a hojear.

-Crisantemos, crisantemos...- Enola susurró para sí misma una y otra vez hasta que encontró la página. -La entrega de crisantemos indica apego familiar y, por implicación, afecto-

Recogí el manojo de crisantemos y los sacudí, esperando que cayera algo. Nada. Enola agarró la jarra y vertió el agua, mirándola desde todos los ángulos.

-Nada- Dije con un suspiro, volviendo a poner las flores en la jarra.

-No... mira en mis crisantemos Enola y Amelie- La corregí, mezclando las palabras y ella jadeó en silencio, mirando hacia el techo.

-Te escuchamos, madre- Susurró y pensé en la jarra de crisantemos en su dormitorio que Sherlock había mirado.

Salté, agarré la lámpara de gas y caminé hacia la puerta, siguiendo a Enola. El piso crujió cuando nos escabullimos, dirigiéndonos hacia

-Mis crisantemos- Enola susurró para sí misma, con los ojos muy abiertos. Agarro la lámpara de gas y salió corriendo hacia la esquina del dormitorio de mamá, donde guardaba todos sus materiales de arte, dibujos y pinturas -No los que compró, los que pintó-

Miré con admiración las muchas, muchas pinturas de flores que decoraban la pared. Tomé la pintura enmarcada y abrí la parte de atrás, un pequeño jadeo salió de mi boca cuando vi un pequeño sobre en la parte de atrás. Enola lo recogió lentamente, viendo la pequeña escritura en el frente, Enola y Amelie.

Lo abrió y sacó un puñado de dinero. Mi boca se abrió cuando lo miré con asombro, Enola lo volteó entre sus dedos.

-Dinero. Debe haber dejado un mensaje- Murmuré, tomando el sobre de nuevo y sacando una pequeña y simplista pintura de una flor con las palabras, -nuestro futuro depende de nosotros- escritas pulcramente debajo.

-¿Qué futuro?- Enola susurró, tomando suavemente el pequeño trozo de papel en su mano.

Me acordé de una noche, Madre nos había estado hablando y sus palabras se me quedaron grabadas.

-Hay dos caminos que pueden tomar, chicas.El suyo o el camino que otros eligieron para ustedes-

-Nuestro futuro... depende de nosotras- Dijo Enola, una pequeña sonrisa formándose en sus labios. Sonreí y agarré su muñeca mientras ambos subíamos las escaleras de puntillas, tratando de estar lo más callados posible mientras formábamos lentamente un plan en nuestras cabezas.

Si Madre pudo desaparecer de Ferndell, nosotras también debemos hacerlo. Enola me dijo mientras abría el viejo baúl con ropa de Sherlock cuando era niño. Empujó una pila de ropa en mis brazos con una risa y salimos corriendo, cambiándonos rápidamente de ropa.

-De hecho, me gusta vestirme de niño- Dije mientras posaba en mi chaleco y Enola arrugó la nariz.

-Te prefiero de niña, pero debemos vestirnos así. Estamos disfrazados- Dijo, cepillándose elegantemente y colocándose un sombrero en la cabeza de ambos.

-Necesitamos un plan- Dije, agarrando un puño de lápices y papel mientras nos sentábamos con las piernas cruzadas en la cama, garabateando nuestras ideas. -Recuerda, tendremos a Sherlock detrás de nosotras. Tenemos que ser inteligentes-dije




El sol se elevó lentamente, sus rayos enviaron un brillo a través de las hojas de papel esparcidas por la cama. Ambas habíamos tomado una siesta, pero era hora de partir tan pronto como saliera el sol.

Enola metió toda la evidencia de nuestros planes en su bolso que habíamos empacado y coloqué almohadas debajo de nuestras camas, inflándolas para que pareciera realista. Enola retiró el edredón de su cama y colocó la caricatura de Mycroft sobre él con una sonrisa.

Rápidamente salimos de la tranquila casa, trayendo nuestras bicicletas con nosotros. Habíamos hecho el plan de tirarlos en el camino de hierba que conducía a la estación de tren más cercana a nosotros. Algo para desviarlos de nuestro rastro.

Por supuesto, no podíamos ir a nuestra estación local. Elegimos una línea completamente diferente. No se sabe dónde podrían buscar nuestros hermanos.

Rápidamente hicimos nuestro camino a través de la concurrida estación y en la plataforma. Estaba lleno de gente y me sentí fuera de lugar mientras caminaba con la ropa vieja de mis hermanos.

—No hay rastro de él por ninguna parte, señor. Oí decir a un policía y me di la vuelta para mirar.

—Quiero que me aseguren que mi hijo no es— Escuché decir a una dama vestida con un atuendo elegante mientras corría detrás del policía.

-¡Él no está en este tren!- El oficial de policía le dijo y me mordí el labio y seguí a Enola hacia el tren, arqueando las cejas hacia ella.

-Por supuesto que está en el tren, ¡simplemente no te has mirado bien!- La señora instó y mantuve la cabeza baja, tratando de no llamar la atención.

-Señor, he hecho que mis oficiales registren este tren de arriba a abajo- El hombre tranquilizó a la mujer.

-Cariño, tal vez deberíamos simplemente- La señora mayor comenzó a decir.

-¡Tranquila madre!-Dijo la mujer, con ira en su voz.- Hizo que el carruaje lo dejara aquí esta mañana, debe estar aquí en alguna parte-

-Bueno, ni siquiera estamos seguros de los niños queridos en el tren- La señora mayor trató de decirle a la mujer. -Lo siento, esto es un alboroto-

Bloqueé su discusión, subiendo al tren cuando se preparaba para salir de la estación. Cerramos la puerta detrás de nosotros, tratando de parecer profesionales. Me asomé por la ventana, mirando hacia abajo del tren mientras hacía contacto visual con un hombre con un bombín. Le entrecerré los ojos y me dio una simple punta de su sombrero.

-Hombre extraño.- Enola murmuró por lo bajo mientras nos dirigíamos al interior del tren.

-Muy extraño de hecho-.

HOW TO BE A LADY  Tewkesbury  [TRADUCCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora