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Me desperté a la mañana siguiente, siendo sacudida por Enola. Gemí, cubriendo mis ojos con mis manos mientras el sol brillaba sobre nosotros.

-Es muy temprano.- dijo Tewkesbury, suspirando mientras se sentaba, estirando los brazos.

-¿No podría haber tenido cinco minutos más?- Pregunté, dejándome caer mientras cerraba los ojos.

-No te atrevas a volver a dormir-. dijo Enola, tratando de ser severa mientras yo mantenía los ojos cerrados.-Señorita Amelie Mérida Hol--.

-¡Estoy despierta!- La tranquilicé, sentándome rápidamente mientras ella se alzaba sobre mí, con una mirada amenazadora en sus ojos.

-Bien, tenemos que conseguir un ascensor en el primer carro de ovejas a Londres-. Enola dijo, un plan perfectamente trazado en su cabeza ya.

-¿Un carro de ovejas? ¿En serio?- dijo Tewkesbury, arrugando la nariz mientras se ponía de pie.-¿No podrías haber hecho algo un poco más... agradable?-.

-No.- Enola respondió simplemente y me encogí de hombros. Era bastante feliz, siempre y cuando llegara a Londres.

Nos dirigimos hacia el camino rural, viendo como el carro de ovejas en la distancia se acercaba más y más.

-Hablaré con él-.Ofrecí, dando un paso adelante mientras él disminuía la velocidad frente a nosotros.

-Hola, señorita, ¿qué estaría deseando?- Preguntó el hombre, arreglándose la gorra plana en la cabeza mientras me miraba.

-Estoy buscando un aventón a Londres, ¿es ahí a donde te diriges?- Pregunté, tratando de ser cortés.

-Claro que sí, pero ¿qué querrían tres niños pequeños en una gran ciudad como Londres?- Preguntó, riéndose para sí mismo.

-Oh, ¿no te gustaría saberlo?- Suspiré con una sonrisa, sacudiendo la cabeza.

-Bueno, claro, suban a la parte de atrás-. Dijo, sonriendo mientras colocaba su pipa entre sus dientes.-Y agárrense  fuerte, tengo prisa y este camino no es el más suave-.

-¡Gracias Señor!- Todos gritamos al unísono, dirigiéndonos rápidamente a la parte de atrás y saltando, dejando que nuestras piernas se balancearan sobre el borde. Apoyé los codos en la madera frente a mí, balanceándome a menudo hacia el lado de Tewkesbury mientras tropezábamos con los caminos. Cada vez, se sonrojaba y se alejaba un poco avergonzado y me hacía reír cada vez.

Mientras el vagón se dirigía a Londres, me sentí totalmente hipnotizada por lo ocupado que estaba todo. La gente corría por las calles, los carruajes y las carretas se detenían chirriando mientras les gritaban que se apartaran. Los animales vagaban por la calle y los niños se perseguían unos a otros, agarrados a sus sombreros. Fue tan... ruidoso.

Enola agarró su sombrero y se lo volvió a poner en la cabeza para disfrazarse mientras yo hacía lo mismo. Salí de debajo de la tabla de madera cuando la carreta se detuvo y giró para mirar a Tewkesbury.

-Oh, ¿así que aquí es donde nos separamos?- Preguntó, una pizca de tristeza en su voz que trató de disimular.

-Aqui.-Enola dijo con confianza mientras se giraba para mirarlo.

-Entonces, gracias, Enola Holmes-, dijo mirándola antes de girarse para asentir con la cabeza hacia mí.-Y Amelie Holmes, por ayudarme aquí-.

-Se suponía que habías olvidado ese nombre-. Enola le recordó con una sonrisa.

-¿Ese nombre?-Dije, dramáticamente. -Olvidalo.-

-Entonces tendrás que encontrar otro-. Dijo, con una sonrisa triste en los labios mientras el carro arrancaba de nuevo y se alejaba lentamente por las calles de Londres. Le envié una última pequeña ola, un sentimiento pesado en mi corazón mientras me alejaba. Me había encariñado mucho con el chico en la única noche que pasamos con él. Casi me preocupaba dejarlo solo en la gran ciudad, pero estaría bien, ¿verdad?

-Estará bien-. Enola dijo, no muy segura mientras hablaba. -¿Derecha?-

-Estará perfectamente bien-. Lo dije con una sonrisa para tranquilizar a mi hermana.

Salimos por las calles, haciendo todo lo posible para navegar por nuestro camino. Estaba lleno de gente y apenas podía ver por encima de los hombros.

-¡Fuera del maldito camino, muchachos!- Un hombre enojado gritó desde su carrito cuando retrocedí, dejándolo pasar en estado de shock. La gente era mucho más amable en el campo.

Miré al suelo y noté que faltaba un cartel en el suelo con la cara de Tewkesbury pegada en el frente. Debo admitir que le queda diez veces más su cabello más corto que el anterior.

Enola se detuvo frente a una tienda que decía "Ropa para damas"en el frente. La ventana mostraba muchos vestidos largos, ricos y elegantes junto con zapatos laterales y otros accesorios.

-No, no vamos a seguir ahí. No voy a...- Empecé a protestar, pero Enola me hizo callar.

-Si vamos a encajar y permanecer ocultos de Sherlock y Mycroft, debemos convertirnos en algo…-Enola se desvaneció, buscando la palabra correcta. -Inesperado.-

-Multa.- Suspiré y Enola se rió emocionada, agarró mi manga y me arrastró a la tienda.





NOTA
La autora original de la historia ya está empezando a escribir también la 2da película de Enola Holmes si no estoy mal va en el 3er capitulo
Nada más para avisar que también voy a traducir la 2da parte


HOW TO BE A LADY  Tewkesbury  [TRADUCCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora