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Sentando en la cama de su amigo, Jungkook se encontraba con su celular viendo distintas cosas en su celular, cuando sintió como la mano de Jimin empezó a tocarlo con intenciones de llamar su atención.

—¿Podrías cerrar la ventana, Kook?

—Está bien. —Poniéndose de pie, hizo lo pedido por su amigo, quien se arropó más con sus sábanas.

—¿Qué hora es? —preguntó, con sus ojos aun cerrados.

—Temprano, así que duerme —le dijo.

—¿Y por qué estas despierto?

—Por nada, simplemente me desperté —mintió, dado que desde ayer, luego de haber compartido una tarde agradable con Jimin, su cabeza había estado pensando en lo que podría hacer para ganarse su corazón, por lo que se había colocado una alarma, para así poder levantarse temprano y ponerse manos a la obra.

—Entonces ven. Hay mucho espacio en mi cama, y la mañana está fría.

—Tengo algo que hacer. —Se acercó a sentarse a su lado.

—Está bien. Tú te lo pierdes. —Se dio la vuelta, para darle la espalda.

Jungkook rio, ya que sin duda alguna Jimin siempre sería un bebé, cuando de las mañanas y el sueño se tratase.

—Son cosas de la universidad —volvió a mentir—. ¿Me prestarías tu computadora?

—Haz lo que quieras.

Jungkook se recostó un poco y lo abrazó por la espalda.

—Descansa, Jiminie —dicho esto, le dejó un beso en su mejilla, para luego salir de la habitación con la laptop de su amigo.

Dejando esta en la mesa, se dispuso a estudiar la receta de cómo preparar un omelet, dado que era el favorito de Jimin. No se veía tan complicado, pero si de omelets se trataba, su madre preparaba los mejores, por lo que viendo que ya eran cerca de las 7 a.m. supo que seguramente su madre ya estaría despierta como de costumbre.

—Hola, mamá —saludó a su madre con una sonrisa, en cuanto esta contestó la videollamada.

—Mi Kook lindo, ¿cómo amaneciste? —Somi apareció felizmente.

—Bastante bien, ¿y tú?

—Igual de bien, cariño —dijo, acercándose a la pantalla, como tratando de ver algo—. ¿Ese es el departamento de Jiminie? —preguntó, curiosa.

—Sí, pasé la noche acá —murmuró, rascándose la nuca, temiendo por quizás ponerse en evidencia.

—Oh, ya veo. Saludámelo, dile que tiene a esta vieja bastante olvidada, y que cuando pase por acá le espera una jalada de oreja, al igual que a ti. —Lo señaló con su dedo índice.

—Perdóname por eso, mamá. Te prometo que iré pronto a verlos a ti y a papá.

—Los quiero a los dos, así que sí vas a venir solo, mejor ni vengas —le hizo saber.

—Tu hijo soy yo, mujer, ¿o se te olvida?

—¿En serio? —Jungkook asintió—. Ay... ¿Pero estoy aún a tiempo de hacer devoluciones?

—No, la fecha para ello ya pasó, ahora debes solamente conformarte conmigo —dijo, con gracia, siguiéndole en juego, haciendo entonces reír a ambos, para luego volver a hablar—: Mamá, ¿me podrías ayudar a hacer un omelet?

(...)

Dejando la mesita de comida a un lado en el suelo, Jungkook se sentó en la cama, para acercarse a Jimin y así despertarlo.

colisión: las duchas #1 ❦ kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora