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Después de unos minutos nos pusimos a buscar un celular para llamar a emergencias.
Todos nos encontrábamos rezando para que uno de nuestros compañeros se haya convertido en un rebelde y que no haya entregado su dispositivo.
Y así fue que alguien encontró un dispositivo debajo de una banca.
Cheogn-san agarro el celular y lo encendió encontrándose con el modo de seguridad.
Todos se colocaron alrededor de cheong-san yo me fui al fondo de todo, ya que me estaba muriendo de frio y todos estaban sudados y me daba asco estar rodeada de gente sudada por eso en casa tengo un gym personal de vez en cuando Gyeong y yo nos juntábamos para hacer ejercicios ahí.
Cheong-san y los otros trataban de desbloquear el celular, pero nadie sabía la clave hasta que Cheong-san encontró a la dueña del dispositivo, pero convertida en una de esas cosas y por más que intento obviamente no lograron conseguir la clave.
Hasta que On-jo les recordó que no es necesario desbloquear el dispositivo para hacer una llamada de emergencia.
Cheong-san para disimular que acaba de quedar en ridículo volvió a agarrar el celular y llamo a emergencias.
El explico la situación tratando de no decir zombie para que no crean que es una broma.
Pero al final no le creyeron y colgaron la llamada.
Después de unos segundos un grito se escuchó por el pasillo.
Todos nos presentes nos estremecimos por el sonido, pero no tamos que las cosas que estaban rodeando el salón en el que estábamos corrieron hacia donde se escuchó el sonido.
Gyeong-su abrió un poco la puerta para poder ver donde se habían ido esas cosas, pero fue inmediatamente regresado por Su-hyeonk.
Nayeon se puso más nerviosa de lo que estaba y se levantó para ordenar que llamen de nuevo a la policía, pero estos no respondían.
On-jo agarro el celular para poder llamar a la estación de bomberos, pregunto por su padre, pero estos negaron haber escuchado ese nombre así que ella volvió a hablar informando que el instituto se estaba incendiando y que el fuego se estaba expandiendo.
Seguido de eso colgó la llamada.
. . .
Pasaron los minutos, pero nadie venia y eso ponía a todos nerviosos.
Especialmente a Nayeon que se levantó de su asiento para pedir que volvieran a llamar, pero lo pedía de una forma tan irritante que comenzaba a estresar a los presentes especialmente a Gyeong que podía ver que ya se quería arrancar los cabellos de la cabeza.
