CAPÍTULO 88

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- Conrad: estamos a dos días de camino (dijo viendo a todo el grupo) no se ha registrado ningún nuevo ataque
- Rodrigo: (asintió) tal vez solo están batallando con los robots
- Conrad: (negó con la cabeza) no lo creo, su prioridad sería volver a capturarlos, pero estos debieron escapar ya a estas alturas
- Rodrigo: (asintió y dirigió su mirada hacia Lorenzo) ¿no han tenido noticias de la comitiva?

El hombre miró a David, que negó con la cabeza.

- David: me temo que no (dijo viendo a Conrad)
- Conrad: (miró a su grupo y asintió con la cabeza) en ese caso será mejor avanzar (dijo viendo de reojo a Chiara) San Juan está a dos días

Los demás asintieron con calma.

- Aurora: ¿no deberíamos esperar a los demás? (Preguntó mirando a Conrad)
- Conrad: (no le dirigió la mirada, contemplando el camino que los llevaría a San Juan) no, Trujillo está con ellos

La chica me dio una mirada irritada y negó con la cabeza.

- Rodrigo: tal vez deberíamos esperarlos unos horas (dijo al ver la reacción de su esposa)

Conrad dirigió su mirada molesta hacia el, que solo le sonrió de vuelta.

- Raymond: también creo que deberíamos esperarlos
- Lorenzo: (negó con la cabeza) estarán bien (dijo con molestia) andando
- Aurora: pero... (empezó viendo a su esposo)
- Conrad: muévanse (espetó) no tenemos tiempo que perder

La mujer apretó los labios con molestia, pero lo siguió cuando empezó a caminar, junto con los demás del grupo.

(•••)

- Jeyson: se están moviendo (dijo viendo a Pedro) llegarán a nuestra posición en unas dos o tres horas
- Pedro: (asintió mientras se ponía a pensar) ¿siguen siendo los mismo?

Jeyson asintió.

- Ringo: ¿qué piensas?
- Pedro: (le miró unos segundos) los informes del país de la República Dominicana... Leonidas Trujillo salió en el grupo de recuperación
- Ringo: (le vio levemente asombrado) ¿estás seguro?
- Pedro: (asintió) pero el no estuvo durante la liberación de esas cosas
- Jeyson: ni va con el grupo (completo)

El moreno asintió con calma.

- Fernando: el que Lorenzo vaya con ellos, es algo extraño ¿Raíz y él son aliados
- Carla: ¿o la República Dominicana y Lorenzo? (Dijo viendo a Pedro)
- Pedro; (gruñó internamente) se nos acaban las alianzas (se quejó) no sabemos si podemos confiar en ellos
- Ringo: ¿entonces qué hacemos?
- Pedro: (guardó silencio por unos minutos) los interceptaremos (dijo con calma) los acompañaremos todo el camino de regreso y trataremos de averiguar qué pasó

Los demás asintieron con calma.

- Ringo: ¿crees que Trujillo esté haciendo otra cosa?
- Pedro: (asintió con la cabeza) no sé qué tan malo o bueno sea (dijo con molestia) pero no creo que sea algo bueno si lo esconden tanto

Carla miró con algo de preocupación a Pedro ¿en que se había metido Rodrigo?

(•••)

Cuando por fin pudo abrir sus ojos su cabeza daba vueltas y punzaba dolorosamente, y ese zumbido en su oído solo aumentaba el dolor. Su espalda estaba pegada al suelo y le dolía demasiado.

- Rodrigo: menos más

Escucho la voz de Rodrigo.

- Rodrigo: por un momento pensé que estabas muerto

El moreno giró su mirada hacia Rodrigo y se sentó con un quejido mientras se tomaba el abdomen con una de sus manos.

- Raymond: ¿qué pasó? (Preguntó confundido)
- Rodrigo: (lo miró por unos segundos) hubo una explosión (dijo con calma) nos separamos... y creo que los dos chicos de la República Dominicana...
- Raymond: tsk (se quejó mientras se ponía de pie con una mueca de dolor) ¿Aurora y Chiara?
- Rodrigo: no lo sé
- Raymond: (miró a su alrededor) es una trampa (dijo caminando lejos del humo para una mejor visión)
- Rodrigo: (lo siguió segundos después) ¿por qué lo dices?
- Raymond: (estuvo en silencio por unos minutos) esa bomba debía matarnos, ahora solo estamos demasiado lejos unos de otros
- Rodrigo: (asintió) entonces tenemos que darnos prisa (dijo empezando a correr)

Raymond lo siguió segundos después, todo eso le daba una mala sensación.

(•••)

Chiara corría los más rápido que podía, esperando encontrarse con los hombres que Luis había mandando para espiarlos y que estos pudieran ayudarlos en esa situación.

Se detuvo de pronto y se apoyó en un árbol, había algo en el ambiente. De un segundo a otro sintió un empujón en su cuerpo que la hizo cerrar los ojos con fuerza y dar un ligero grito, pues no había visto nada que la pudieran empujar.

Cuando abrió los ojos, solo pudo ver oscuridad, le dolía la cabeza y sentía que estaba acostada, aunque no podría saberlo a ciencia cierta, no sentía nada bajo de ella. Se levantó pero no sintió el odio en sus pies, sentía que flotaba.

No supo cuánto tiempo estuvo así, sentía como poco a poco empezaba a avanzar, hasta que perdió por completo, la noción, le dolía el cuerpo, tenía hambre y sed, la verdad no sabía cuánto tiempo más resistiría eso.

Quiero ir a casa.

Estar con Max.

Quiero estar con Jonatan y Antonio.

Con mi familia.

Con Raymond...

Sintió en su mente todas las imágenes de los momentos que había pasado junto a sus amigos, pero en la última, que quedó helada, estaba Raymond.

¿Como estaría Raymond? ¿Estaría bien? Sentía preocupación por el, aún estando en esa inmensa oscuridad solo podía pensar en el, en qué estuviera bien, que pudiera haberse salvado de esa explosión que los había separado, ya que ella no pudo completar la misión.

Quería ayudarlo, por así decirlo, abrazando sus rodillas y pensando cuando moriría de inanición, o de deshidratación, nunca más podría estar junto a su hijo, nunca más podría responder a ese gesto que hizo el moreno para demostrarle lo que sentía por ella.

La visión cambió de pronto, sintió que flotaba, y vio a sus amigos bajo ella. Todos vestían de negro y algunos lloraban, Max lloraba mientras se aferraba a Raymond.

Su corazón se apretó en su pecho al ver al niño en ese estado, pero no podía hacer nada para acercarse a él, solo podía ver su dolor a la distancia.

La imagen cambio de nuevo, se veía como si hubiera pasado algunos años, de pronto vio a Raymond caminar hacia una morena que salto a sus brazos y le dio un beso apasionado en la boca, no tenía que ser adivina paga ver quien era esa mujer que besaba activamente al moreno.

¿Era el futuro? Había pasado ya tanto tiempo desde que estuvo atrapada.

Sus ojos se aguaron al ver a la feliz pareja caminar tomados de la mano, Raymond sonreía abiertamente y una de sus manos acariciaba el viente abultado de la mujer. Max corrió hacia ellos segundos después, abrazándola también, mientras Raymond le revolvía el cabello.

Su pecho dolía mucho, como una herida punzante dentro de ella.

Un Amor Después Del Dolor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora