Despierto pero aun así decido dejar mis ojos cerrados, para sentir nuestra piel desnuda bajo las sábanas, sus piernas entrelazadas a las mías, sus brazos alrededor de mi cuerpo sosteniéndome como si temiera de alguna manera que fuera a escaparme, pero con la suavidad con la que tocas la porcelana, es una de las cosas más magnificas que pueden existir, y que sea la primera en despertar es incluso mucho mejor porque eso es muy difícil de ver, y lo disfruto, las veces que hemos podido dormir juntos era muy difícil verlo así, justo como en este momento, vulnerable. Poder tocar su rostro y la piel que queda fuera de las sábanas es una de mis más grandes pasiones.
Mis manos actúan con vida propia ascendiendo a sus labios entreabiertos dejándome ver que aún está profundamente dormido, la punta de mi dedo índice rozando con suavidad su labio inferior luego, descendiendo a su mentón, recorro su mandíbula, los bellos de su barba incipiente haciéndome cosquillas al tacto, sus ojos se mueven un poco, está a punto de despertar. Acerco mi rostro y lo escondo en su cuello, dejo un pequeño beso ahí, sigo dejando besos, guiándome por mi instinto, uno en su clavícula y los demás en su pecho, sus brazos me aprietan un poquito más contra su cuerpo, levando la cabeza y dejo mi mano en la parte posterior de su cabeza.
– Buenos días princesa – su voz ronca, ¡DIOS MIO SU VOZ! Siento mi cuerpo relajarse y tensarse a la vez, siento que me derrito.
– Repítelo por favor. – Le ruego, y me mira sin entender un carajo. Solo sonrío y sigo para explicarle.
> Por favor deséame buenos días nuevamente. – Cuando escucha mis palabras, una enorme sonrisa abarca su rostro.
Se acerca a mis labios y sobre ellos, me dice eso que rogué por escuchar.
— Buenos días mi princesa. — y lo dijo con una sonrisa, una hermosa sonrisa que me encargare de devorar a besos.
Obviamente lo bese y pues nos pasamos gran parte de la mañana ocupados.
Entre sus brazos haciendo el amor unas veces más antes de ir a desayunar algo.
Mientras estaba duchándome Jack fue a comprar algunas cosas, ya que no fue planeado el dormir aquí, solo sería nuestra cena.
— Mientras te bañas haré el desayuno cariño. — Le digo mientras seco mi cabello con una toalla.
Se acerca, besa mi frente y asiente.
— Saldré pronto para ayudarte. — Se comienza a desnudar y noto un moretón en su cadera y otro en la parte alta de su espalda casi en su cuello, se quitó toda la ropa y descubrí más en el resto de su cuerpo. Me preocupe de inmediato.
— ¿Por qué tienes moretones? ¿Alguien te pego? ¿Es mi culpa? ¿Te hice esto anoche? — Me acerque rápido hacia él, trate de tocar su espalda, pero dio un paso lejos de mí y me extraño. Por alguna razón se puso nervioso y ansioso.
— Esto, no es nada, me caí esta mañana cuando fui a buscar el desayuno resbalé con la arena. — Aclaro. — Creo que estoy muy pálido, mi piel se marca por nada. — Tomo mi mano entre las suyas, dejo un beso en ella y me miro a los ojos. — No te preocupes, no es nada, mi princesa. — Dicho eso deja un beso en mis labios, se separa de mí y desaparece tras la puerta.
Para mí es difícil no preocuparme, quiero saber más, pero si él dice que está bien, le creo.
Termino de prepararme y me encamino a la cocina para prepararnos un delicioso desayuno.
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Delirio (+18)
Teen FictionCuando tus caminos enfocan hacia un mismo lugar, todo señala que es lo correcto, ¿acaso es la gloria? ¿O existe la posibilidad de que sea mi infierno? Cada gramo de mi ser me pide que no me aleje, no hay una sola parte de mi que quiera. Pero, tengo...