La negrura me absorbió, el sueño me acuno en sus brazos y luego solo podía ver a mi padre; él estaba ahí y yo no sabía cómo reaccionar. Mire mis manos pequeñas, regordetas e insignificantes, me sentía impotente inútil igual que esa vez. Levante mis ojos y él me observaba con ternura.
— Papá te extraño, regresa— intenté alcanzarlo, intenté tocarlo... juro que lo intenté; pero una pared invisible no me lo permitía. Golpee la pared, con la intención de destrozarla, hacerla añicos, pero no tenía la fuerza suficiente. Entonces entre golpes y gritos de mi parte, él me sonrió y comenzó a alejarse.
— ¡No te alejes! ¡No me dejes! ¡No me dejes! — yo seguía golpeando la pared, podía sentir el dolor en mis puños; pero no podía dejarlo ir, no de nuevo.
Seguí golpeando, hasta que él ya no era visible. Pero igual quería una explicación... él era un cobarde.
— ¡Alisson despierta! Es una pesadilla — abrí los ojos de golpe y mi madre estaba frente a mí, sentí un alivio tan grande que fue imposible no lanzarme a sus brazos para sentir paz. Las lágrimas y sollozos continuaban desgarrándome. — tranquila cariño, solo fue un mal sueño. Ya pasó, ya pasó. — ella tocaba mi cabello y susurraba palabras tranquilizadoras, pero yo sé que eso no solo fue un sueño. Yo sé que eso fue real. Dolorosamente real.
Luego de un rato así en la misma posición y en silencio, mientras mi madre acariciaba mi cabello, decidió romper ese silencio.
— ¿Estas mejor? — sé que esa no es la pregunta que desea formular, pero ella trata de mantenerse serena para no entristecerme más; sé que lo que quiere decir es "cuénteme lo que pasa", pero tampoco tengo ganas de hablar, así que solo asiento.
Mire por la ventana y me tope con la oscuridad que brinda la noche e hice una mueca.
— ¿puedes quedarte a dormir aquí? Por favor. — no quería volver a tener pesadillas, y su presencia me trae calma. Pero existe una vocecita en mi cabeza que me grita "no es cierto", que lo hacía porque no quería que volviera a suceder, que no me arriesgaría a dejarla salir por esa puerta y luego me abandonará.
Todo eso porque gracias a esa pesadilla volvía a sentirme frágil, volvía a sentirme pequeña, otra vez.
— claro que si cariño. — le hice espacio y ella se acurruco a mi lado. Después de mucho tiempo, pude volver a dormir.
Me desperté y estaba sola en la cama, busqué mi celular, eran las diez de la mañana mi madre ya debe estar en el trabajo. Me duché y vestí rápido.
Mi estomago gruñía con fuerza, pidiendo alimento, decidí darle lo que pide y me encaminé a la cocina; para mi sorpresa mi madre estaba allí preparando la comida.
— Buenos días, ¿no vas a trabajar hoy? — es super extraño verla en la casa tan tarde a pesar de ser sábado.
— Sí, pero después de las dos comienzan mis citas. — fui en busca de un tazón con cereal, frutas y leche para luego sentarme en uno de los taburetes que estaban a los extremos de la isla. Devore mi plato y el silencio nos embargó, yo ya sabía que venía a continuación en cuanto mi madre frunció el ceño.
— El sueño de anoche, fue con tu padre— no era una pregunta, era una afirmación, porque ella sabe que es lo único que me ha hecho tanto daño y ha causado tantas pesadillas en mi vida. Y sé que le duele tanto como a mí, porque fue algo que en su momento estuvo fuera de nuestras manos.
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Delirio (+18)
Teen FictionCuando tus caminos enfocan hacia un mismo lugar, todo señala que es lo correcto, ¿acaso es la gloria? ¿O existe la posibilidad de que sea mi infierno? Cada gramo de mi ser me pide que no me aleje, no hay una sola parte de mi que quiera. Pero, tengo...