Capítulo 7 "Debí Suponerlo"

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▶ "Yo te digo abiertamente, que México duele cabrón..."🎶

Capítulo 7

Lando POV

10 de Enero del 2021. La Toscana.

Mientras conduzco por la entrada de la finca, mis manos comienzan a sudar y mi corazón palpita cada vez más rápido.

Cuando había decidido proponerle pasar juntos el verano a Bianca, tenía que admitir, que lo había hecho por despecho. Priscila había aparecido de repente con Mick, y yo estaba tan enojado, que apenas si había pensado bien lo que aquella propuesta podía significar para la pelirroja. Le gustaba, lo sabía y no era tampoco ningún idiota, la italiana era una chica hermosa en todos sus aspectos. Asique tal vez si pasaba el tiempo suficiente solo con ella, podía llegar a enamorarme yo también, y olvidarme así de una vez por todas de la mexicana. Después de todo, ella ya había pasado página, ahora era mi turno.

Una casa bastante rustica, se alzaba al final del camino de tierra. Parece de ese tipo de casas que ves en los libros de historia, pintada por completo de blanco, con tejas rojas y grandes arcadas. Hay un par de plantas verdes que se enredan a lo largo de las columnas y dos árboles bastante imponentes a cada lado de la casa, que hacen mucha sombra. De repente siento que estoy entrando en una de esas películas clásicas viejas que mi madre tanto disfruta.

Bianca salé de ella justo cuando me estoy bajando del auto y con una gran sonrisa en el rostro se acerca hasta mí. Lleva un lindo jardinero de jean, su pelo recogido en un moño medio desarreglado y una camisa blanca que parece estar manchada por gotitas de colores.

─ Perdón por la tardanza, casi extravían mi valija en el aeropuerto ─ comento mientras la bajo del coche que he McLaren me ha prestado por este mes.

La pelirroja sin embargo me toma un poco por sorpresa, cuando apenas termino de descargar mis cosas, me rodea con sus brazos por el cuello en un cálido abrazo de bienvenida.

─ Que suerte que no te extraviaron a ti ─ murmura en mi cuello, haciendo que una descarga de electricidad baje por toda mi columna.

Cuando se separa, puedo notar que también tiene pequeñas gotas de pintura en su mejilla y cabello.

─ No había forma de que me perdiera venir a pasar las vacaciones contigo, te lo prometí. ¿Estabas pintando?

─ ¡Oh sí! ─ me dice un poco asustada y da un paso atrás ─ No te manché ¿no?

─ No tranquila ─ sonrío.

─ Estaba terminando un cuadro con acuarelas y suele salpicar un poco ─ me explica, mientras toma mi mochila de mano. ─ Vamos dentro, te ayudare a instalarte.

Mientras me guía dentro de la casa, la mención de las acuarelas no pasa desapercibida por mi mente, que me recuerda tortuosamente las últimas palabras que tuve con Priscila.

"...no somos los únicos que intentamos ocultar viejos sentimientos."

Mick había adivinado a la perfección su regalo aquella noche, como si conociera todos los pasatiempos de la italiana, y tenía que admitir que aquello me molestaba un poco más de lo que quería admitir. No necesitaba tener la sombra del alemán en otra de mis relaciones.

─ ¿Cómo estuvo tu viaje? ─ me pregunta, mientras me dirige por uno de los pasillos de la gran casa.

Aunque por fuera pareciera pequeña, una vez que entrabas el lugar era bastante amplio.

─ Algo largo y cansador, pero valió la pena. El camino hacia aquí es muy hermoso.

─ Vas a quedar enamorado luego de estas semanas aquí, vas a ver que no te vas a querer ir ─ me asegura con una sonrisa radiante.

El Gran Circo: La esperanza de McLaren (Lando Norris)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora