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Capitulo tres.

"El profundo lamento del espadachín"

Cómo si se tratase de un costal de papas, la cargó tranquilamente hasta el enorme lago, en el que se dedicó a analizar lentamente, lo suficiente como para estar seguro que no había peligro para la castaña

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Cómo si se tratase de un costal de papas, la cargó tranquilamente hasta el enorme lago, en el que se dedicó a analizar lentamente, lo suficiente como para estar seguro que no había peligro para la castaña.

Con suavidad la depositó en la orilla mientras con cierta pereza se quitaba sus ropas de la parte de arriba y volvía a cargarla en sus brazos.

—Tendrás que recompensarme con enormes cantidades de sake, ¿Oíste niña?

Sin otra cosa por decir, se adentró al lago con la castaña en sus brazos, la cuál pareció estremecerse ante el contacto de el agua con su piel.

— Si llegas a abrir tus ojos, creeme que lo que te estoy haciendo no es nada pervertido.— advirtió con ciertos nervios.

Con una de sus manos se encargó de hacer flotar a la Castaña mientras que con la otra se encargaba de resfregar suavemente las zonas en las que hubiese sangre seca.

—¡Oye tú!

El peliverde frunció sus cejas con cierto desagrado ante el repentino llamado de la persona desconocida.

—Entrégame a esa muchacha.— casi ordenó un hombre con avanzada edad.

—¿O si no?— Inquirio alzando una de sus cejas, —¿Me golpeará con su bastón?

El anciano pareció enfurecer ante sus palabras.

—Cómo sea, no sé qué clase de asuntos tenga con esta chica pero los resolverá después que ella despierte y se recupere.

—¿mnh?— emitió repentinamente la castaña despertándose y topandose con la imágen de el fuerte y fornido pecho de el peliverde.

Sus mejillas no tardaron en ruborizarse.

«Menuda imágen se había llevado con tan sólo despertar »

Zoro casi por mero reflejo observó a la castaña, con la cuál no tardó en intercambiar miradas.

—No digas nada mujer..— le Susurró aún mirando al anciano, —Por cierto, ¿No tiene un periódico que leer?

El vejestorio se marchó con enojo mientras murmuraba quién sabe qué clase de cosas.

Zoro bufó antes de soltarla repentinamente, causando que está se hubiese en el lago y subiese a la superficie con una clara expresión de pánico.

—¡¿Estás loco!? Casi me ahogo.

—Que problema...— Musitó irónicamente antes de caminar hacia la orilla, —Como sea, me largo y por cierto..esos hombres se fueron.

La castaña se estremeció ante la brisa de el viento que recorrió su cuerpo. Con sus brazos se abrazó así misma antes de percatarse que su camisa había Sido arrebatada.

—¡Kyaaaaa!— Exclamó antes de agacharse y posicionarse en cuclillas mientras que el agua se encargaba de cubrirla desde los hombros hacia abajo.

—No hagas tanto escándalo mujer.— se quejó colocándose su camiseta, —¿Quien crees que fue la persona que te cubrió las tetas, ah?

Las mejillas de la castaña se tiñeron de un intenso rubor, el cual se fue esparciendo hasta las orejas.

Zoro Alzó una de sus cejas un tanto confundido ante las expresiones faciales de la castaña, ¿Acaso había hecho algo malo? Es más, se sentía un verdadero hombre piadoso al haberla salvado y curado sus heridas (Aunque no del todo)

—T-Tú eres u-un..

—¿Tienes sake? — Inquirio volteadose a mirarla.

—¿Sake? Creo que sí.

—Eso es bueno, vámonos.

—¿Ah?

—Amores míos, ¿Cómo han estado mis bebés?— Inquirio amorosamente la castaña mientras abrazaba a sus pequeños felinos

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—Amores míos, ¿Cómo han estado mis bebés?— Inquirio amorosamente la castaña mientras abrazaba a sus pequeños felinos.

Zoro observó la escena en silencio.

—Qué mujer más rara eres..— comentó sentándose en uno de los rincones de la cueva, —Como sea, ¿El sake?

La castaña bufó.

Solamente por el hecho de haber salvado su vida y alimentado a sus "bebés" optó por mantenerse serena. Con cierta tranquilidad se dedicó a rebuscar en uno de sus bolsos viejos lo suficiente como para divisar una enorme botella.

—¡Lo tengo!— Exclamó sonriente antes de entregarle la botella al peliverde, —Por cierto, ¿Cuál no es tu nombre?

—Zoro.— respondió con una sonrisa mientras recibía la botella.

Hoy la pasaría genial con esa botella.

La castaña contempló con asombro como el peliverde le daba más de tres sorbos a la botella.

Se relamió los labios con deseos de poder probar el sake que le había entregado al peliverde. Ese tipo hacía parecer demasiado bueno el sake en esos momentos.

Con rapidez corrió hacia uno de sus bolsos y se dedicó a rebuscar en una segunda botella, la cuál divisó y no tardó en sonreír victoriosa. Su sonrisa se desvaneció por completo al notar que en la botella no decía "Sake" si no que: "Oporto" lo cuál le hizo dudar unos segundos antes de encogerse de hombros. El Oporto era un tipo de alcohol, ¿Verdad?

Se armó de valor antes de abrir la botella y darle un trago, todo ante los ojos divertidos de el peliverde, el cuál lucía más alegre.

—¿Qué?— Inquirio después de darle un par de tragos más a la botella, —¿Quieres de este?

Zoro negó.

—Tú te lo pierdes, el Oporto está buenísimo.— añadió la castaña.

El peliverde dejó de beber al instante y frunció sus cejas.

—¿Oporto?

Ella asintió sonriente.

—Pero que mujer más tonta...— se lamentó profundamente el espadachín.

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¡Holis! E aquí el tercer capítulo de esta historia, espero que les halla entretenido, la verdad espero que este fanfic reciba más apoyo pero bueno lo mejor es para el último:)

¿Qué les pareció el capítulo?

PD: Se viene lo chido 🌚

Sin otra cosa por decir..

Bye🌚✨

"Una Nueva Adicción" [Roronoa Zoro x Lectora] [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora