2 - Hecho.

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Apenas había pasado una hora cuando Narcissa oyó tres crujidos procedentes del vestíbulo de la mansión, seguidos de voces alzadas. Prácticamente salió corriendo del dormitorio principal y bajó la gran escalera tan rápido como se lo permitieron sus largas faldas.

Allí, de pie junto a una elegante mesa con un jarrón de lirios blancos, estaban Lucius, Bellatrix y un joven que Narcissa no reconoció. Lucius y Bellatrix parecían estar discutiendo.

"- ¡No entiendo por qué no me dejaste acabar con los otros!" chillaba Bellatrix. Llevaba una túnica negra parecida a la de los dos hombres y sostenía una máscara plateada en la mano, blandiéndola contra Lucius como si fuera un arma.

"¡Porque el Señor Tenebroso sólo ordenó la eliminación de Sebastian Lockhart!" espetó Lucius. Su propia máscara había sido arrojada sobre la mesa, junto a los lirios. "¡Se está cansando de tus constantes daños colaterales, Bella! Es demasiado desordenado, levanta demasiadas sospechas".

"¡Son todos unos asquerosos amantes de los muggles!", replicó ella, con los ojos oscuros desorbitados. "¡Le habríamos hecho un favor al mundo!"

"Yo podría haberlo hecho", intervino el hombre más joven. Era pálido, con una mata de pelo pajizo y un puñado de pecas en la nariz y las mejillas. Parecía muy joven, no más de la adolescencia. "¿Para qué me trajiste si no podía matar a nadie?".

"Para cuidarle", espetó Bellatrix, señalando a Lucius con el pulgar. "El Señor Tenebroso quería que nos asegurásemos de que realmente mataba al muggle".

Lucius abrió la boca furioso, dispuesto a replicar, pero lo que iba a decir murió en sus labios cuando Narcissa se abalanzó sobre él.

"¿Entonces está hecho?", le preguntó con urgencia.

"¡Cissy!" arrulló Bellatrix, pasando rápidamente de furiosa a adoradora. "¡Todavía estás levantada! ¿Cómo está mi querido sobrino?"

Narcissa la ignoró, manteniendo la atención fija en su marido. Lucius parpadeó mirando a su esposa y luego desvió la mirada.

"Ya está hecho", murmuró.

A Narcissa le dio un vuelco el corazón. No dijo nada, sólo siguió mirándolo con los ojos muy abiertos. Tenía la mandíbula apretada, una expresión sombría y en la frente, apenas visibles, diminutas gotas de sudor.

No fue fácil para él. Algo ocurrió.

"¿Dijiste que había otros?", dijo bruscamente, volviéndose hacia su hermana.

"Sólo el hermano del muggle", contestó Bellatrix, sonando aburrida. "Y una chica..."

"Guárdate los detalles para el Señor Tenebroso, Bella", gruñó Lucius, cortándola. "Narcissa no necesita oír esto".

Narcissa se tambaleó. ¿Una chica?

De repente, el joven se aclaró la garganta y le tendió una mano. "No creo que nos conozcamos", dijo, sonriendo ampliamente.

Ella lo miró, distraída, pero antes de que pudiera reaccionar Lucius había apartado la mano del hombre de un manotazo.

"Puedes presentarte sin tocar a mi mujer", dijo, con una media sonrisa que sugería que podía estar bromeando, aunque su tono era mortal.

DEMONS - Una precuela de Cally Lockhart ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora