DEMONS - Una precuela de Cally Lockhart ✔️

10. Despierta.

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Narcissa dejó a Draco al cuidado de Dobby y luego se encerró en el dormitorio a esperar la inevitable ira de Lucius. Sin embargo, se sentía extrañamente tranquila mientras estaba sentada en el borde de la gran cama de dos plazas con sus postes tallados, mirando por las ventanas los terrenos que había más allá. El cielo se había vuelto de un gris furioso y férreo.

Pronto llovería.

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El Señor Tenebroso tomó asiento en uno de los sillones de respaldo alto del salón, adoptando una postura relajada.

Lucius no se sentó, a pesar de que era su propia casa.

Lord Voldemort sonrió. —"Así que", —dijo en voz baja, —"creo que tenemos que tener una pequeña charla sobre su querida señora esposa".

—"Milord", —empezó a farfullar Lucius, —"Narcissa no quería decir nada con eso. Puede ser una persona sentimental cuando se trata de ciertas cosas..."

—"¿Ciertas cosas como los muggles?"— siseó Voldemort.

Lucius se quedó con la boca abierta. Luego sacudió la cabeza bruscamente.— "¡N-no! Nunca muggles. Ella sólo..."

—"¡Silencio!"

Lucius cerró la boca de golpe.

Voldemort sacó con elegancia la varita de la manga de su túnica negra. Lucius la miró nervioso; sabía lo que se avecinaba.

—"Ya he percibido debilidad en ti, Lucius",— canturreó el Señor Tenebroso. —"No hace falta ser un mago tan experto como yo para darse cuenta". —Pasó los dedos por la larga varita de tejo con cariño. —"Te he dado mi bien más preciado: la confianza. Pero —continuó, apuntando a la frente de Lucius, —ya es hora de que me asegure de que mi confianza no se ha perdido."

Lucius cerró los ojos y se preparó.

—"¡Legeremancia!"

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La puerta del dormitorio principal se abrió de golpe una hora más tarde, golpeando la pared con estrépito. Lucius estaba allí, silueteado en el umbral, con una botella de whisky de fuego colgando de la mano. Narcissa no se había movido de su vigilia junto a la ventana.

Explotó.

—"¡CÓMO TE ATREVES, NARCISSA! DE TODAS LAS COSAS ABSURDAS QUE PODÍAS HABER HECHO, ¿HOY PRECISAMENTE ELEGISTE IR ALLÍ? ¡INSENSATA! ¿SABES LO QUE HE TENIDO QUE SOPORTAR? TODO MI ESFUERZO PARA GANARME EL FAVOR DEL SEÑOR TENEBROSO... ¡Y TÚ LO HAS TIRADO POR LA BORDA CON TU IMPRUDENCIA!".

Narcissa tragó saliva, con las manos entrelazadas en el regazo. Las fuertes gotas de lluvia habían empezado a golpear las ventanas. —"¿Qué ha pasado?", —preguntó en voz baja.

Lucius rodeó la cama para mirarla, pero ella mantuvo la mirada perdida. Soltó una carcajada horrible.— "El Señor Tenebroso tuvo a bien usar la legilimencia conmigo",— escupió. Dio un trago a la botella. —"Ha perdido la confianza en mí, gracias a ti".

Narcissa permaneció concentrada en la ventana, intentando mantener la respiración tranquila.

—"¿Y bien?" —gruñó Lucius. —"¿No tienes nada que decir en tu defensa?".