Mamoru conducía su convertible despreocupado por las calles de Tokio, por primera vez en mucho meses había logrado salir un par de horas antes del hospital en el que trabajaba, el día era lento por lo que le concedieron la tarde libre y prefirió dirigirse directo a casa, a su hogar.
Últimamente pasaba prácticamente todo el día trabajando y no tenía mucho tiempo para compartir con su amada Usagi, por lo que apenas salió del lugar no pensó en otra cosa que en su esposa y lo feliz que estaría de verlo llegar temprano, tal vez la invitaría a cenar o algo por el estilo o quedarse juntos compartiendo una romántica y fogosa jornada en su hogar, más el destino le tenía preparada otra cosa, su felicidad prontamente Iván a cambiar por el enojo, de todas las cosas que alguna vez pensó, jamás imaginó encontrar a su esposa en esa situación…
–¡¿Qué rayos significa esto? – Exclamó el pelinegro lleno de furia al entrar a la habitación de su departamento y encontrar a su amada e INOCENTE esposa dentro de su cama y no precisamente con él.
–Ma… Mamo-chan – Solo logró responder la rubia con asombro al ser descubierta, la verdad no esperaba que su esposo llegara tan temprano a casa.
El pelinegro la observaba fijamente completamente rojo de la furia ante la escena que tenía frente a él.
–Yo… Lo siento, se que no debí, pero no pude resistirme – Agregó bajando la cabeza avergonzada.
–¡Lo siento! ¡No me pude resistir! ¡¿Solo eso vas a decirme? – Volvió a exclamar lleno de indignación al verse engañado. –Como es posible que lo hicieras, ya habíamos hablado de algo como esto y me juraste que jamás harías algo semejante.
–Es que tu no lo entiendes – Agregó con ojos llorosos – No pude resistirme más… ¡Mi corazón me lo pedía a gritos! – Exclamó la rubia, levantándose bruscamente de la cama.
–¡¿Tu corazón? No me vengas con el jueguito de tu corazón y tus benditos sentimientos, ni tampoco me pongas esa carita de inocencia tuya, que no te servirá de nada esta vez, no puedo disculpar algo así – Respondió el pelinegro.
–Tampoco seas tan exagerado Mamoru, que esto no solo ha sido culpa mía – Intentó defenderse como pudo la rubia.
–¡¿Qué no exagere? ¡Si después de un largo y agotador día de trabajo, llego a MI CASA con ansias y ganas de estar con MI ESPOSA, entro a MI HABITACION y te encuentro con ÉL en MI CAMA! – Exclamó con los ojos oscurecidos por la furia - ¡¿Y encima te atreves a decir que esto es culpa mía? ¡No puedo creer tu descaro! – Exclamó totalmente ofendido el pelinegro.
La rubia volvió a bajar la cabeza avergonzada, no lograba articular palabra, en realidad ella no había planeado nunca engañar a su esposo, lo amaba con todo su corazón y jamás hubiese querido mentirle, pero no había podido resistirse.
–Des… Desde… - Hizo una pausa con un largo suspiro para no perder el control nuevamente - ¿Hace cuanto tiempo llevas con esto? – Preguntó el de pronto.
–Desde… - Dio un largo suspiro - Desde el día en que lo conocimos en el parque – Apenas susurró la rubia.
–¡Hace más de una semana que tienes el descaro de meterlo en mi casa cuando yo no estoy! – Exclamó Mamoru nuevamente aún más sorprendido.
–Bueno… En realidad ese mismo día lo traje hasta acá, cuando saliste después de que te llamaron del hospital y… - hizo una nueva pausa – La verdad es que se ha estado quedando aquí desde entonces – Respondió Usagi, ya no tenía caso seguir mintiéndole a su esposo, debía hablarle con la verdad ahora que ya la había descubierto.
–¡¿En mi casa? ¿Quieres decir que ha estado viviendo aquí, bajo mis propias narices y no me había dado cuenta? – Exclamó nuevamente dejándose caer de golpe en el sofá que se encontraba cerca de la puerta ante la relación de su esposa.
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ONE SHOTS
FanfictionEsta es una recopilación de los mejores onet shots de fanfiction sobre Sailor Moon con los personajes de Naoko Takeuchi. Las historias pertenecen a los diferentes autores de Fanfiction sobre mi pareja favorita de Sailor Moon. Ya saben que en mis...