Prólogo

878 48 0
                                    

El bajo mundo, el mundo de la mafia, drogas, dinero, alcohol, donde corre sangre todos los días, sus líderes camuflados por hombres importantes del país, erigiendo sus grandes imperios, donde no importa a quienes lastiman.

En un mundo donde los Omegas viven en constante temor por sus vidas, por eso se disfrazan de betas, porque un Omega en ese mundo es vendido para ser los juguetes de los más poderosos.

Y por ello, la regla principal, es jamás dar tu confianza a cualquier persona, y sobre todo si no la conoces, porque aveces ese puede ser tu peor error.

El punto de quiebre y por eso fue mi fin como un simple Omega con una mamá y una hermanita menor, mis días de juego al aire libre, todo por confiar

—Me dijiste que siempre estarías para mí, y sin imaginarme, que solo me ilusilnaste para hacerme lo peor -pienso en mi mente mientras mis lágrimas recorren mi rostro— maldigo el día que te conocí solo para causarme daño lo hiciste y yo fui tan estupido

Después de llorar hasta quedarme sin lágrimas me duermo, siento que soy cargado, sacándome de ese cuarto para llevarme a no se dónde, todo por confiar en quién no debía.

Aún recuerdo esos bellos dias, donde solías decirme que me amabas, tus caricias tan seductoras al igual que tú voz, tu bello rostro con esos cabellos negros, tus ojos ámbar, tu sonrisa esa sonrisa que me encantó desde el primer día

Cada vez que te veía mi corazón se aceleraba, hiciste mis días maravillosos, llenos de colores o al menos así lo vi, solo me equivoqué.

Si tal vez pudiese volver atrás no sería igual, o quizás encontrarías otra manera de cautivarme y endulzarme hasta que volviese a caer rendido ante ti

¿Donde quedaron tus promesas? El amor que por mi sentías ¿Donde quedó?
Siempre lo fingiste, pero en cambio yo sí te ame, te ame con cada partícula de mi ser, me entregué a ti totalmente sin pensarlo ni por un segundo, fui tuyo, pero, tú nunca fuiste mío.

Recordando....

Caía el sol en el horizonte, mientras los dos estaban observando ese bello atardecer, ese atardecer donde se repitieron tantas veces sus promesas, esa colina en donde cada uno siempre repetía que donde fue que estuviesen siempre volverían.

Esperando sentado en la punta de la colina donde veían cada atardecer, fue el atardecer más largo y solitario que tuvo, sentado sin compañía, solo porque la persona que siempre esperaba jamás llegó, ni esa tarde ni la siguiente.

Sintió la soledad, pero sabía que no siempre podría estar para el, sabía que tenía que hacer su trabajo, pero su acompañante siempre llegaba y ese fue el primer atardecer solo.

Paso una semana cuando lo volvió a ver, era imposible de confundir, por el simple hecho de que solo ellos dos conocían su lugar secreto

—Hola, perdón no haber venido está semana, se me acumulo el trabajo, pero ya estoy aquí

—Hola, no importa, lo que realmente importa es que estés aquí, espero que no haya sido muy agobiante

—No te digo que no, apenas y quería despertar para el otro día

Sientate, vamos a ver la puesta del sol, está muy hermosa con esos bellos colores, -sonrei sin querer hacerlo, porque me dolía no saber la razón, había llegado a mi que lo habían visto caminar de la mano de otra persona y yo que pensaba que era el único, cuando me tomo por sorpresa

—Quiero que conozcas a mi familia, no se cómo lo tomes o si aceptes

—me quedé de una pieza, jamás pensé que me dijese eso, no después de que los rumores corrían de que estaba con alguien mas, pero aún así le respondí—Si me encantaría, seria bueno conocerlos, espero que yo les agrade -le sonreí muy feliz por eso

—me tomo la mejilla y viéndome a los ojos me dijo— Es que eres especial para mí, no quiero que alguien más llegue y me aparte de ti

—Eso jamás pasará, te lo prometo-lo tome de las manos y le susurra cuánto lo amaba ese fue mi fin

Actualmente...

Ya llegamos escuché decir a uno de los que iban conmigo, no quería abrir los ojos y ver qué está era en verdad mi realidad, fue engañado por alguien que fingió amarme, la excusa de presentarme a su familia se transformó en mi tormento y mi cárcel, abro lentamente los ojos y lo veo, lo veo a él

Mis lágrimas comienzan a salir, le pregunto con la voz entrecortada

—¿Po-por qué? -sonrei cínicamente

—¿Tu qué crees?-me respondió,—solo te necesitaba porque eres una mercancía de un precio muy elevado, e investigado mucho sobre ti, y me pagarán muy bien por ti

—¡YO TE AMABA! -Le grité y el solo siguio riéndose a carcajadas

—Solo eres otro Omega ingenuo, sabía que tenía que enamorarte para que accedieras a todo, pero no caiste a la primera ni segunda vez, no me quedo de otra manera más que hacer lo que hice

-Lagrimas cayeron por mis mejillas cada vez más y más, allí entendí lo que me negaba a entender

—Es hora de prepararlo para los clientes-me dirijo a los otros

-Lagrimas caían y caían sin poder parar, me vendería al mejor postor eso me quedo claro, pero ¿Por ser un Omega? En ese momento solo vino a mi mente la imagen de mi hermanita, esa niña que irradiaba una Luz muy hermosa con esa sonrisa como el mismo sol, y de mi mamá, que de seguro ya estaría desesperada buscándome,  un dolor se apoderó de mí corazón por imaginarlas llorando de angustia por mi y mi hermanita preguntando cuando volvería, tenía que salir de aquí, y denunciar a mi captor, tenía que hacerlo para regresar con ellas.

Hola, ¿Que opinan de esta pequeña introducción a la historia? ¿Quién será la persona que está capturada a punto de ser vendida al mejor postor? ¿Que hará para salir de allí?
Opiniones en los comentarios

Me pertenecesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora