Resúmen: eres la única preciosa y consentida sobrina de August, a lo que conlleva tratarte como su pricencesita, después de años de no verlo por fin aparece pero no exactamente como lo recuerdas. Una noche solos en casa de tus padres ocurre algo que...
Advertencia; mención de incesto, infiel, palabras subidas de tono, reclamos, diferencia de edad.
Corregida
Resumen: con las pruebas en la mano decides terminar tu relación con marc de una manera poco discreta.
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Sueltas un suspiro en medio del sueño tus pesados ojos empiezan abrirse y sonríes al darte cuenta que estás acostada sobre el pecho desnudos de August con tu mejilla pegada en su pectoral derecho, te hace cosquillas el vello y sin poder evitarlo, hundes tu cara en sus dos pectorales mientras lo abrazas con fuerza por la cintura. Tu nariz es feliz al olor de su perfume, madera de sándalo, cedro y haba tonka te hace pensar en su masculinidad y lo guapo. Despegas tu cara y la alzas hasta quedar debajo de su mentón, le das un beso a su mandíbula mientras tu mano derecha empieza acariciar su abdomen definido.
Sin despegar tus ojos de su hermoso rostro dormido, cierras los ojos para darle otro beso, pero está vez cerca de sus suaves labios. Ries bajito al sentir su mano cubrir una de tus nalgas, y sabes que ya había despertado.
Te alejas y tus mejillas se vuelven color carmesí cuando tus ojos se encuentras con los suyos soñoliento, vuelves a esconder tu rostro en el hueco de su cuello.
––Que buena forma de despertarme ––Tarareo con voz profunda y gruesa, sus labios se convirtieron en una sonrisa.
––No pude evitar despertarte con un beso como en los cuentos de las princesas –– dices tímidamente
––Aww, pero si ya eres mi princesa, entonces, ¿Yo soy tu príncipe?––Dice divertido abrazandote con más fuerza contra su pecho
––Hmm, eres mi príncipe –– afirmas
–– Besa a tu príncipe.
Te alejas de su cuello, alzas tu cabeza y en instante August se acercó atrapando tus labios, cierras los ojos disfrutando de su sabor y lo dominante que suele ser al besarte. Sueltas un suspiro en medio del beso y se te enchina la piel cuando su mano recorre tu espada desnuda acariciándola suavemente. Con un chasquido le das el último beso, abres los ojos y pegas tu frente con la suya.
––Llévame a Italia –– Le pides dulcemente
August se aleja de ti, te mira directamente a los ojos y no puede evitar sonreír al ver el brillo que hay en ellos, su corazón se llena de felicidad al ver qué también eres feliz con él. Si le hubieran dicho que encontrará a su propia princesita como en las historias de amor, se hubiera reído y tal vez asesinado al que le dijo semejante idiotez pero el idiota es él por ti.
––¿Quieres ir a Italia? –– Cuestionó en tono divertido, asientes efusivamente. ––¿No habrá problema de que faltes a clases?.
