Resúmen: eres la única preciosa y consentida sobrina de August, a lo que conlleva tratarte como su pricencesita, después de años de no verlo por fin aparece pero no exactamente como lo recuerdas. Una noche solos en casa de tus padres ocurre algo que...
Advertencia: malas palabras, mención de sexo. (Discúlpan si hay faltas de ortografía)
Resúmen: August te muestra algo que realmente te emociona y una visita regresa
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Los labios de August atacan sin piedad y con deseo tus labios, no le importa si hay gente mirándolos, la necesidad de besarte la está saciando por todos los días que se privo de ti provocada por la lejanía e Incluso no puedes seguir el ritmo de sus besos. Estás perdida en sus caricias, la suavidad del beso porque está vez puedes sentir su amor sin rastro de lujuria, entendiste que August demuestra su amor con hechos al darte lo que le puedas pedir.
Te alejas haciendo un chasquido, abres lentamente los ojos mientras saboreas con tu lengua su sabor en tus labios.
–– Me gustaría seguir pero en verdad tengo hambre –– sonríes un poco apenada
–– Discúlpame muñequita, no pude contenerme–– confesó dejando un beso en tu frente
–– No te disculpes, mejor vamos a entrar –– sugieres mirando el restaurante de comida rápida
August sonrió y te beso suavemente por última vez, tomó tu mano empezando a caminar hacia el lugar que está tan solo unos metros delante de ustedes. Si fuera por él, te hubiera llevado a un restaurante lujoso pero le pediste algo sencillo ya que tenías antojo de comida rápida y jugosa, como siempre te complace en todos los aspectos y no dudo en decirte que si.
Cuando entraron al lugar, tomaste asiento en una esquina cerca de la ventana mientras tu hombre fue a hacer el pedido, después de unos varios minutos él regreso sentándose junto a ti dejando una bebida enfrenté tuyo.
–– En 5 minutos traen la orden.
–– Genial.
August frunció el ceño al verte un poco desanimada de repente.
–– ¿Que sucede princesa? –– cuestionó preocupado mientras rodea tu cintura con su brazo izquierdo
Suspiras mientras tus labios se abultan.
–– Tengo miedo –– encoges tus hombros
–– ¿De qué o quien? –– te miró atentamente mientras acaricia tu mejilla con su mano libre
–– Mi papá ya no me quiere en la casa, no sé a dónde voy a ir, no tengo dinero y voy a perder mi carrera –– Dices muy angustiada casi en el borde de las lágrimas
–– ¿Acaso yo estoy pintando?.
El tono de August salió enojado y un poco dolido. Rápidamente niegas con la cabeza apenada por olvidarte de él.
–– Te he dicho que eres mía y no solo de palabra, me gusta cuidar lo que es mío así que no tienes porque angustiar –– Habló seriamente en un tono bajo solo para que tú lo escucharás –– Tu papi va a resolver todos tus problemas
