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—   Tu carrera es brillante — Sus ojos de fiera recorren mi rostro — No hay dudas

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Tu carrera es brillante — Sus ojos de fiera recorren mi rostro — No hay dudas.

Las comisuras de sus labios se alzan maliciosamente.

Celebro internamente, es solo puede significar una cosa.

— Entonces ¿Tendré las custodias de mis hermanas? — Sonrío cuando acaricia mi mano.

— Aún no.

La sonrisa se esfuma de mi rostro ante su negativa. Angélica, la guardiana impuesta por el juez se encuentra tranquila, es una mujer imponente y sensual que no le hace justicia a su nombre, un demonio por donde sea que se le mire. Las pequeñas arrugas debajo de sus ojos me recuerdan que es mayor que yo por al menos veinte años más.

Aparto mis manos — ¿Por qué dudan tanto? Conmigo tendrán lo necesario.

Me estudia por un segundo — No se trata de eso, lo sabes. La señora Gil no descansará hasta lograr su cometido.

Aspiro con fuerza.

No pueden alejarme de mis hermanas. Hace más de un año y medio tengo la custodia, la sola idea de que mi tía paterna – si es que puedo llamarle tía a esa escoria – se haga cargo de ellas me produce nauseas.

Por culpa de su estúpida demanda el juez considero que su bienestar podría estar en peligro por mi estilo de vida y tomó la ingeniosa decisión de designarme una trabajadora social para que evaluara nuestra familia.

En peligro mis bolas.

Extiende hacia mí varios papeles — Presentación tras presentación, entrevistas, firmas de autógrafos, sesiones fotográficas y pare de contar. Señor Moss, son dos niñas, no unas muñecas abandonadas en tu inmensa mansión.

— No estarán solas — Refuto — Bautista...

— Tu plan es seguir viajando con ellas o dejarlas con el mayordomo las veinticuatro horas del día ¿En serio? — Suelta una carcajada

Me hace sentir como un auténtico imbécil.

Cansado, llevo las manos a mi rostro. Tiene razón, aún queda un mes para finalizar la gira, y aunque falte poco no puedo arrastrarlas a cada viaje.

— Griselda no será mejor. No sé si lo sabe señora Alamilla, mi padre nos abandonó, nos dejó de lado como si no valiéramos nada — Exhalo — Nunca recibimos ayuda de su hermana, nunca. Solo quiere dinero y cree que lo conseguirá con Kenia y Kailani.

Me exaspera que sigan investigando lo obvio.

— La señora Gil nos dejó saber su arrepentimiento respecto a eso, considera que si hubiese ayudado desde el principio las niñas no estarían tan expuestas. Por supuesto sigo investigando, aquí el problema es tu estilo de vida.

Estoy en un grave problema. Pienso en cómo salir airoso de toda esta situación ¿Qué digo? ¿Dejaría la fama? Joder, no. No puedo simplemente desaparecer de la vida de todas las personas que me siguen.

La Chica de Ojos OscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora