𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 29

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Emilia Morgan

—¿has hablado con James?—pregunto algo ansiosa en el desayuno, Marianna deja frente a mi un plato con tostadas y le sonrio levemente

—ayer antes de irme a dormir hable con el—responde Sebas y deja su cafe aún lado

—¿y bien?—muerdo una tostada

Hace solo un rato nos habíamos levantado de la cama, aún llevábamos nuestras pijamas puestas. Sebas ni siquiera se preocupo de ponerse una camiseta, algo normal de el, mientras que yo estaba con mi bata de dormir.

—Scarlett esta bien—me dice y me relajo—. Esta bien y cómoda en su piso, según James no tiene complicaciones y esta tranquila.

—me alegro—sonrió—. ¿Cuanto tiempo estará James en Connecticut?

—dos meses—responde Sebastian

—uhm, ¿no te hará falta? En tu familia nada está bien—doy un sorbo a mi café

—me las arreglaré—dice Sebas, niego en desacuerdo y llevo una frutilla a mi boca—. Tenemos un pequeño problema

—¿cuál?—lo miro

—mi familia hará una cena esta noche y exigen nuestra presencia

—olvídalo—me niego

—me exigieron que te llevara, que era hora que dejaras de escapar de ellos según mi madre

—sin ofender Sebas pero tu madre y tu abuela me odian y yo a ellas, en todo nuestro matrimonio jamas han tratado de llevarse buen conmigo o tenerme un mínimo respeto

—lo se y lo entiendo, trate de decirles a mi familia que no estabas en estado para ir a la cena pero ellos no lo tomaron en cuenta

Bufo frustrada porque ir a la Mansion Roselli no era mi mayor deseo últimamente.

—serán unas pocas horas—dice Sebas

—vale—forzó una sonrisa—. Pero no voy a controlarme

—¿cuando lo has hecho cariño?—dice burlón

Le lanzó una frutilla y el solo se ríe mientras que yo sonrio de lado. Sebas era definitivamente un idiota.

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—no se si te has puesto ese vestido para provocar a mi familia o para que nos quedemos aquí—dice Sebas al verme

Sonrio de lado mientras tomo mi bolsa de mano y mi chaqueta.

Un vestido ajustado de color rojo carmesí cubria mi cuerpo y se ajustaba a cuerpo dejando mis curvas a la vista. Unas mangas se aferraban a los lados de mis hombros y un escote pequeño en V dejo a la vista un poco el valle de mis senos. Mi pecho descubierto era decorado por un collar hermoso. Unos tacones rojo me acompañaban esta noche.

—posiblemente las dos—sonrió de forma burlona

Sebastian enarca una ceja y caminamos al elevador, entramos en el y marca el menos uno, bajamos al aparcamiento y entramos al auto de Sebastian. Me acomodo a su lado y sale del edificio para adentrarse a las calles de Los Angeles, teníamos veinte minutos de camino a la Mansion Roselli.

—mi padre me comentó esta tarde que hemos sido invitados al evento anual de la Mafia Negra—le comunico a Sebastian

—¿si? Creí que este año no íbamos a ser invitados

—bueno lo fuimos y debemos de asistir—retoco mi labial

—¿cuando es?

—el siguiente viernes, donde siempre—tomo mi celular y reviso la invitación que había llegado a mi correo hace solo unas horas—. Te leeré la portada. Queridos señor y señora Roselli, nos complace invitarlos a la reunión anual de la Mafia Negra—Sebastian suelta una carcajada y reí junto el, siempre nos reímos de la invitación de cada fiesta que eramos invitados. No teníamos no treinta y ya nos trataban de señores.

𝗬𝗼𝘂𝗿 𝗤𝘂𝗲𝗲𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora