MORTAL ENEMIES? ~ AU omar & edvin

ATERRADOR O AMOR?

Me desperté sobresaltado al no reconocer la habitación, hasta que mis neuronas decidieron conectarse y recordar que estaba en casa de Edvin, aún en ese cómodo sofá, lo único que había cambiado es que ahora Edvin no estaba a mi lado.

Me froté los ojos para intentar despertarme por completo antes de ponerme en pie y girar sobre mi mismo buscando al rubio.

— Fantástico Edvin — rodé los ojos enfadado al no encontrarlo. Ahora sufría el peligro de cruzarme a alguien de su familia mientras le buscaba.

Miré una vez más a mi alrededor rezando que el rubio se hubiera quedado dormido por alguna esquina de la habitación, obviamente no fue así.

Así qué hice cómo que no me moriría de vergüenza si llegaba a cruzarme a alguien por la casa y abrí la puerta, andando por los pasillos de la forma más silenciosa posible en busca de Edvin.

Recorrí los pasillos que recordaba de la noche anterior hasta llegar al salón donde dejé de andar asombrado con las vistas.

Sonreí de forma involuntaria al ver a Edvin dentro de la cocina preparando algo en una sartén canturreando alguna canción que sonaba por sus airpods.

Mis pies decidieron dejar de funcionar durante los siguientes segundos en los que mi mente solo procesaba al rubio moviéndose por la cocina descalzo, cantando y moviendo las caderas de forma graciosa, todo ello sin camiseta.

Decidí que era hora de dejar de comérmelo con la mirada cuando pensé que me había empezado a babear encima, caminé hasta la cocina arreglándome la ropa arrugada hasta quedar detrás del rubio.

Me acerqué lo suficiente hasta que mis labios rozaron su espalda y dejé el beso más breve de mi vida antes de apartarme avergonzado cuando él se giró con una pequeña sonrisa.

— Bueno rizitos, resulta que hasta vas a ser agradable por las mañanas — habló quitándose uno de los audífonos.

— Yo siempre soy agradable — hablé igualando su tono de burla intentando no morir de vergüenza por lo que había hecho.

Edvin no dejó de mirarme hasta que noté mis mejillas sonrojarse — Permíteme dudar, lo más agradable que has llegado a ser conmigo fue la vez que me lanzaste esos espaguetis en medio de la cafetería.

— ¿Otra vez con eso? Te pedí perdón — me quejé hasta que el rubio sonrió dándose la vuelta para apagar el fuego.

Mis ojos bajaron por su espalda sin mi consentimiento y las ganas de volver a poner ahí mis labios me abordaron, no sabía que mierda me pasaba pero quería crear contacto, cualquier contacto con el rubio.

— He hecho tortitas porque pensaba defenderme con ellas si tu humor mañanero era una mierda. Pero cómo se ve que no las voy a necesitar podemos desayunar.

— Que gracioso — giré los ojos hasta que la mano de Edvin acabó en mis mejillas haciendo que le mirara de golpe notando cómo mi pulso se había acelerado.

— No hagas eso — habló refiriéndose al gesto con los ojos — Acabarás quedándote con los ojos así para siempre y créeme que ya no me parecerás tan atractivo si me miras así.

Abrí la boca fingiendo estar indignado con sus palabras y haciendole sonreír a él — Espera, ¿entonces ahora te parezco atractivo?

— Lo gruñón te quita lo atractivo — habló antes de guiñar un ojo y llevarse las tortitas a la mesa.

— No soy gruñón.

— ¿Seguro?

— Totalmente.