Cap 7

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Unos toques en la puerta nos interrumpieron el beso dulce y sin segundas intenciones.

-Señorita Black, quisiera hablar con usted- dijo la fría y sin emoción goz de Snape, Harry me miró con terror en los ojos.

Cogi su mano y salimos por el pasadizo, que se cerró detrás nuestra, corrimos un rato hasta cansarnos, el pasadizo no era muy largo pero si era oscuro, me gustaba la oscuridad, pero esa mezcla entre oscuridad y humedad me recordaba a cuando me llevaban al sótano a hacerme cruccios y torturas como castigo, me paré en seco y solté la mano de Harry, me llevé las manos al rostro cubriéndolo, Harry siguió andando unos metros más, hasta que sintió que no estaba.

-Por favor tío Lucius, no me hagáis daño- solté un sollozo, como si realmente estuviera en la Mansion Malfoy.

-Hey, tranquila, también me tendrás que explicar eso, vamos Black, ya queda poco- me abrazo por la cintura de nuevo con mucha más seguridad y me pegó a el como si quisiera protegerme.

Aparecimos en la habitación vacía de Harry, este era un pasadizo que habia en las habitaciones de Gryffindor y de Slytherin, solo tenías que pensar a donde querías ir y te hace un pasadizo hasta el sitio, cerró el pestillo y me miró sonriendo, me senté en la cama y acto seguido el también, echaba de menos sus labios, en un descuido, cogí sus hombros y lo tiré a la cama, el soltó un suspiro al estar encima suya, yo sonrei y besé sus labios, no sabía besar, el había sido mi primer beso, y eso me gustaba, pero el chico de ojos esmeralda parecía que si, que besar se le daba bien, me pregunto que otras cosas se le darán bien...¡Adhara por favor!, el chico cogió mi cintura y sonrió contra mis labios, puedo poner de testigo a quien quiera, esa es la mejor sensación del mundo.

-Echaba de menos tus labios- susurró y son lo besé con más dulzura, porque me cansaba el ritmo rápido g me costaba respirar.

-No puedo respirar- dije separandome un poco y tomando aire.

-Yo tampoco, recuerda después de cenar en la Torre de Astronomía- dijo recordándome esa actividad y que me había olvidado mi varita.

-Mi varita, la he olvidado- dije intranquila, me miró y sonrió haciendo un gesto con la cabeza para que si quería fuera, miré el pasadizo aún abierto y temble de terror, siempre iba con Blaise, nunca sola.

-¿No puedes? Te recuerdo otra cosa, hemos quedado para que me expliques todo- dijo y besó mi cabeza suavemente.

-¿Y si no quiero?- dije divertida, se giró derepente y me miró fijamente.

-No te obligaré, pero tiene que ver conmigo, así que sería justo que me lo contaras- dijo con una pequeña sonrisa.

Asentí ligeramente, pensé intensamente en mi varita, sola en la habitación y como me gustaría agarrarla...¿la tengo en mi mano ?

Miré mi delgada mano y VI mi querida varita entre mis dedos.

-¿Que demonios has hecho?- preguntó Harry sobresaltado.

-No lo se- dije y pensé que a Dumbledore le gustaría saberlo.

-Me lo explicarás, ¿verdad?- preguntó y asentí.

-¿Me acompañas a mi cuarto?, no creo que a los Gryffindor's les apetezca verme, besándote- dicho y hecho me acompaño hasta la entrada y volvió hacia su cuarto, bien felices, me fui a cenar y me preparé, a decir verdad me puse un pantalón militar, con múltiples bolsillos, pero que hacia destacar mi culo, una camiseta de manga corta con una calabera y mariposas naranjas y negras, y unos tenis negros de Adidas, mis dos inseparables pulseras de cuero, una de ellas, verde oscura, dos ensambles de hierro, dos banderas de España a los lados y un grabado de un caballo, y la otra de un verde más claro por el tiempo, ya que es más nueva, sin banderas y con la herradura de la suerte, me hice una trenza con mi largo cabello, que llegaba un poco más abajo de mi cintura, me dirigí olvidándome mi sudadera negra, y por eso volví a por ella, salí por el pasadizo directamente a la Torre de Astronomía, fui en silencio, VI a Harry apoyado en la barandilla mirando las hermosas vistas, toque su hombro y el chico sonrió.

-¿Que tal estas?- me preguntó.

-Nerviosa- dije, también quería decir asustada, pero no quería que se enterara de que tenía miedo.

-Yo también, esperando que me expliques todo- dijo, y yo con mi varita, hice que dos mantas aparecieran, una para sentarnos y otro para taparnos de la fría noche, nos sentamos y cogió mi mano, y por el contrario cogí aire.

-Vale, lo intentaré...primero que ya habrás notado soy metamorfomaga, transformó mi cuerpo, segundo soy legerement- me miró sonriendo avergonzado, sinceramente no me he centrado en leer sus pensamientos- no te he leído la mente...por ahora, son una animaga, siempre lo fui, no se porque, soy capaz de hacer hechizos sin varita, lo cual descubrí, y a Dumbledore le interesa, tengo necromagia , ese es un poder de Magos oscuros y me da miedo, sabes que vivo con mis tíos Los Malfoy, me torturan y me hacen numeroso cruccios por no compartir su pensamiento, este verano...- los ojos me lagrimeaban y Harry apretó mi mano y me arrastró a su pecho y nos tapó con la manta, sonrió- me harán la Marca Tenebrosa, a mi y a Blaise, tengo miedo, yo no quiero que me la hagan, no quiero ser una mortifaga, no quiero ser de este bando, tengo mucho miedo Harry, tengo miedo de convertirme en un monstruo- dije abrazandolo, el muchacho me sobó el pelo con delicadeza.

-Nunca serás un monstruo, eres Adhara Black, hija del mítico Sirius Black, nunca serás un monstruo, yo estaré ahí para ti, te ofrecería que vinieras a vivir a mi casa, pero mis tíos me odian y no es plan, pensaré algo, algo para que puedas ser tu- y por primera vez en muchos años sonrei de verdad, de plena felicidad en brazos del que creí que era mi mayor enemigo, y lo único que mi cerebro había hecho había sido descubrirlo con odio y rencor para tapar lo que mi corazón sentía por el, amor, verdadero amor

El Encanto  Prohibido    [Harry Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora