Bienvenida, Linka

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Convencer a su familia fue muy fácil. Mucho más fácil de lo que Lincoln pensó.

En parte fue una cosa de suerte. Pero sus propias precauciones fueron mucho más importantes, y funcionaron mejor de lo que él había imaginado.

En primer lugar, Lisa cumplió con su parte del trato y cedió a todas sus exigencias. A todas. La patente del superpegamento que descubrió por accidente fue un rotundo éxito comercial. La situación económica de la familia había cambiado de la noche a la mañana; y eso significaba que la situación económica del Lincoln también lo había hecho. Un nuevo integrante ya no sería una carga económica.

Además, cuando se notó la ausencia de Lincoln, Lisa se había visto obligada a explicar el experimento con detalle. Todos estaban muy preocupados y molestos; pero también estaban listos para recibirlo, llegara en las condiciones en las que llegara.

Y por último, cómo no; también estaba el terrible sentimiento de culpa que todavía tenían por el asunto de la mala suerte y el traje de ardilla.

Toda la familia se reunió en el patio, justo a la hora en la que estaba programada la aparición del portal interuniversal. El portal apareció, pero Lincoln no.

Pasaron varios segundos de angustia. Leni empezó a gemir; Lynn, Lori y Luna se comían las uñas, y el resto de las niñas estaba mucho más serias de lo normal.

Cuando faltaban diez segundos para que desapareciera el portal, incluso Lisa estaba muy preocupada. Leni y Rita comenzaron a llorar.

Cuando ya solo faltaban un par de segundos para que el portal desapareciera, por fin aparecieron Lincoln y Linka. Las niñas y sus padres se abalanzaron sobre el chico. Lo abrazaron con tanta fuerza y descontrol, que estuvieron a punto de tirarlo al piso.

Linka se había quedado atrás y observaba la escena sin moverse. Era genial que la familia de Lincoln lo quisiera tanto; pero se sintió muy triste al pensar que hubo un tiempo en el que ella misma gozó de una relación similar con sus hermanos. Y luego...

Después de que Lincoln fue abrazado y besado por toda su familia, Luna reparó en la muchachita de cara triste que se quedó junto al sitio en el que había desaparecido el portal.

- Oye, hermano; ¿Quién es ella?

Todos voltearon a donde Luna señalaba, y se quedaron totalmente estupefactos.

Salvo por la vestimenta, el cuerpo y el cabello largo; la niña parecía un calco idéntico de Lincoln.

Las chicas empezaron a murmurar y preguntar a la vez. Ya habían notado sus heridas y moretones. Alguna de ellas se acercó a la muchacha quien, intimidada, comenzó a retroceder. Lincoln corrió rápidamente a su lado y le tomó la mano.

- Hey, tranquilas. Déjenme explicarles...

- Lincoln -dijo Lisa. Mirándolo fijamente-. ¿Acaso ella es tu contraparte en el universo que acabas de visitar?

Lincoln adoptó una expresión mucho más severa y decidida. Sintió que Linka temblaba levemente a su lado, y le dio un ligero apretón para infundirle confianza.

- Familia, les presento a Linka. La traje aquí para salvarla de su familia. Ellos estuvieron a punto de matarla por el asunto de la mala suerte.

***

- Entonces, ¿Ella eres tú mismo, en aquel universo? -preguntó Leni. No alcanzaba a entender muy bien la situación. Y por una vez, no era la única.

- ¡Oh, no! -se apresuró a explicar Lisa-. Es su contraparte. La existencia de ella no tiene absolutamente nada que ver con la de Lincoln. Si a alguno de ellos le pasa algo en su propio universo, a todos los demás, de los otros universos, no le pasaría absolutamente nada.

- ¡¿Otros universos?! -exclamó Leni, cada vez más confundida-. Quieres decir que... ¿hay más como ellos?

- Sí Leni, y como tú y como yo también -repuso Lisa, intentando ser paciente.

- ¡Yay! Entonces, ¿Tengo hermanitas que yo no conocía? ¿Por qué nadie me dijo nada? -se entusiasmo Leni.

Lisa exhaló un largo suspiro.

- Olvídalo Leni. El punto es que cada ente de cada universo es completamente independiente de los que haya en otros universos, aunque seamos iguales o muy parecidos. Lincoln y Linka no son hermanos, aunque parezcan gemelos univitelinos de distinto sexo... En caso de que tal cosa fuera posible.

- Espera Lisa -intervino Lori-. Lo que... Bueno, nuestro terrible error con Lincoln ocurrió hace meses. Pero Lincoln dice que lo de Linka tiene seis semanas. ¿Como es eso posible?

- El multiverso ortogonal es mucho más raro de lo que nuestras mentes pueden concebir, unidad familiar mayor. Las líneas temporales no tienen por qué coincidir. Los detalles tampoco. La cardinalidad de la colección de universos permite que haya un número infinito de universos iguales, pero también un número transfinito aleph-n de universos que difieren de manera infinitesimal en detalles y líneas de tiempo. Linka y Lincoln son un ejemplo magnífico de esto. Sus líneas de tiempo y su sexo biológico difieren. Y aunque su material genético autosómico y de uno de sus cromosomas X es el mismo, el cromosoma sexual no homólogo condiciona muchas de sus diferencias. Y eso sin contar la gran cantidad de factores epigenéticos, medioambientales y familiares que no comparten. Y todo eso, sin contar que el principio de Indeterminación de Heisenberg...

Lisa se interrumpió cuando observó las caras de sus familiares. Era evidente que no estaban entendiendo nada.

- Oye, Lisa -interrumpió Lincoln-. Todo eso es muy interesante, pero tengo algo que preguntar.

Lincoln se volvió hacia sus padres.

- Papá, mamá. Lisa... ¿Cumplió su promesa?

- ¿Ah? - balbuceó su padre, pero enseguida comprendió lo que Lincoln quería decir -. Claro que sí, hijo. De hecho, ya disponemos de los fondos...

- ¡Uff! Qué alivio. Entonces, espero que no haya obstáculos para lo que les voy a pedir.

Lincoln se fue de nuevo al lado de Linka. Le tomó la mano, y la niña se apretujó contra él.

- Linka no conoce a nadie aquí. Ya saben por qué no podía dejarla en su propio universo. Así que... ¿Puede quedarse con nosotros?

Las hermanitas Loud hicieron una breve exclamación. Linka les había simpatizado inmediatamente, y les dolía verla tan retraída y lastimada. Y además, las hacía sentirse muy culpables por lo que le habían hecho a su propio hermano.

La niña apenas había levantado la vista. Solo se sentía cómoda cuando Lincoln estaba junto a ella. ¡Ojalá sus padres la aceptarán!

Los señores Loud apenas guardaron silencio unos segundos. Se miraron entre ellos, miraron a la niña y recordaron sus propias culpas. Aunque ninguno lo dijo, era una excelente oportunidad para corregir sus errores. Sobre todo ahora que los problemas económicos habían quedado atrás, gracias a Lisa y a Lincoln.

- Claro que puede quedarse, hijo. Si crees que puedes compartirte con una niña más...

El grito de alegría de los chicos resonó por todo el vecindario.

***

- Bueno. Literalmente, me gusta la idea de que Linka viva con nosotros -dijo Lori-. Pero, ¿Dónde vamos a alojarla?

Todos voltearon a verse unos a otros. Era cierto. Aunque la economía ya no fuera un problema, el espacio era limitado. Empezaron a debatir sobre quién podía hacer un espacio en su habitación para ella, hasta que Lincoln las interrumpió con una propuesta.

- Chicas, papás... Yo traje a Linka, así que lo justo es que yo le ceda mi cuarto. Puedo dormir en la sala.

Eso dio lugar a otro pequeño debate. A nadie le parecía justo sacar a Lincoln de su habitación. Discutían sobre eso, cuando la dulce voz de Linka los interrumpió.

- Si no les molesta, me gustaría quedarme con Lincoln. Es que... Después de todo lo que me ha pasado... Solo me siento segura con él.

La niña miró hacia Lincoln, y le dedicó una tímida sonrisa.

Lincoln se ruborizó. La pequeña Linka se veíamuy tierna cuando sonreía.

Un amor inconcebible (Lincoln x Linka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora