Risas en la obscuridad - BakuTodo

Luz al final del túnel

Hawks entró tan rápido como pudo cuando Endeavor estuvo fuera con su hijo en brazos. Los paramédicos corrieron a socorrerlo, tomando su cuerpo contra la camilla para poder empezar a presionar la herida que supuraba más sangre conforme tosía por la fuerte cantidad de humo que había inhalado

—No, no.. Mi hijo y mi esposo, no puedo dejarlos ahí —Trató de alejarse pero ellos eran rápidos, una aguja fue colocada en su brazo, adminsitrando un tranquilizante mientras comenzaban a atarlo a la camilla— No... no.. Papá... porfavor, no los dejes... no... —Rogó como nunca antes, estirando sus brazos hacia él, suplicando por el bien de su familia. Endeavor nunca había visto eso, le estaba destrozando y quería volver para poder salvar a todos.

—Hawks está entrando, los va a sacar de regreso. Tranquilo, el gas ya fue cerrado y estan controlando el fuego que se esparció —Y por primera vez en años, el agarre de la mano de su padre, sosteniendo la suya, le hizo sentir que podía confiar en su palabra, su esposo estaría bien. Su hijo lo estaría. Podían con eso y más.

Los minutos fueron eternos, sentía su cuerpo querer desvanecerse mientras lo atendían encima de la ambulancia.

—Están.. tardando —Susurraba Shoto, mirando en todo momento hacia la casa que comenzaba a caer a pedazos. No podía sentir la ansiedad debido al tranquilizante, pero no caía completo, los paramédicos insistían en que se durmiera, pero parecía ser fuerte a los tranquilizantes.

—Saldrán... Yo lo sé —Su padre había sostenido su mano en todo momento, mirando dentro de la casa, esperando ver algo que aliviara a ambos adultos.

—Justo ahora te vienes a lastimar, niño mimado —Habló Hawks por fin apareciendo en la entrada de la casa, tosiendo mientras en sus brazos traía a Katsuki Bakugo con su hijo en brazos, ambos protegidos por las alas del héroe alado. Aizawa salió tras de él, cubriendo su nariz para no inhalar mas humo

—Kats.. Yuudai.. —Habló Shoto, sintiendo que la medicina empezaba a surtir efecto ante tal reducción de peso, como si al verlos volver su alma regresara a su cuerpo, como si de alguna manera todo en el se destensara.

—Estamos de vuelta, Shoto —Habló Katsuki con la voz entre cortada, tosiendo, respirando muy agitado. No tardaron en socorrerlos para brindarles oxigeno.

—¡Papi! —Su mente se apagó por completo cuando escuchó las voces de su familia. Suspirando tranquilo al notar que estaban bien. Habían salido con vida.—No, no.. ¡Papi! —El pequeño quiso acercarse, pero esta vez Endeavor lo atrapó, sosteniendolo a su pecho con fuerza. Pensó que lo perdería, pensó que no saldrían. Sus palabras habían sido vacías momentos antes porque tenía miedo de que no salieran. Pero ahí estaban. Estaban con vida. Su brazo incluso atrajo a Katsuki que no se resistió también aliviado de la situación.

—Tranquilo, papá está bien. Está cansado y va a dormir un rato, pero en cuanto despierte, te llevaré a verlo ¿Si? Ahorita también tienes que ir al médico, tienen que revisarte, también a Katsuki y... —

—Abuelo.. ¿Por qué estás llorando? —La voz inocente de su nieto atrajo la atención de todos, notando como las mejillas de Endeavor se dejaban relucir con lágrimas discretas pero continuas. Pequeños ríos que mojaban sus mejillas como pocas veces lo habían visto.

—Te dije cuando pedí la mano de Shoto, que daría mi vida por él... Ahora también aplica por Yuudai... —Sonrió el cenizo, mirando a su suegro mal humorado y desagradable, sonriendo cinicamente mientras se acercaban paramédicos a ellos

—Y ahora sabrás... que ese pequeño es de mi sangre también. Es un verdadero Todoroki —Esta vez la cara estupefacta fue de Katsuki quien se giró a verlo con el ceño fruncido— Les explicaremos todo en el hospital. —Fat gum terminó de sacar a los vecinos, la zona era residencial, había gente viendo como la casa tradicional de los Todoroki se deshacía en llamas, pronto llegaron bomberos y héroes con quirks eficientes para eso.