Capítulo 19

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Estaba siendo un día diferente. Después de días de exámenes éramos libres.


Decidí pasar este día con mi amiga Laura. Quería pasar un rato con ella. Hablar de nosotras, de nuestras cosas. En fin, pasar tiempo juntas en un ambiente diferente al de clase.


Estaba siendo una tarde hermosa, divertida a pesar de no estar con todas. Aunque yo decidí que fuera así porque con ella podía hablar de temas que las otras aún no sabían. A pesar de todo el tiempo que ha pasado aún no había sido capaz de contárselo a las demás. Aunque por el momento tampoco me apetecía que lo supiera más gente.


Pero a veces todo lo bueno se acaba... y ese fue nuestro caso.


Que podía pasar para que todo se arruinara de un momento a otro? Pues bien, solo había una cosa o mejor dicho una persona que podía provocar ese sentimiento. No podía ser otro, no. Tenía que ser él, Marcos. Pero lo peor no termina acá.


Saben con quién iba? Pues bien, acertaron. Estaba con María.


En ese momento, me sentí como si alguien me estuviera clavando un cuchillo.


Recién los había visto de lejos y ya acababa de presenciar SU beso. No tenía escapatoria. Me los iba a cruzar si o si. Estábamos en medio del paseo, y allí no te puedes esconder por ningún lugar.


Me quedé helada. Paralizada.


-Te pasa algo, Alba? -me preguntó Laura.


Ella, aún no se había percatado de qué ellos se encontraban a unos pocos metros de nosotras.


-Ehh...si -la voz me temblaba y apenas podía articular palabras.


-Oh, dios. No me lo puedo creer. Son ellos. Como estás??


-No, no puedo con esto. Duele -contesté con voz temblorosa.


Cada vez estábamos más cerca. Estábamos a escasos pasos para tenerlos delante.


Mis sentimientos estaban a flor de piel. No podía controlarlos. Necesitaba expulsar todo lo que estaba sintiendo. Fue en ese momento en el cual me sentí como una puta mierda. Estaba todo perdido.


Intentaba controlar mis lágrimas, pero no podía. Estaban a punto de derramarse una vez más por mis mejillas. Los ojos se me empezaron a humedecer. Y fue justo en el momento en qué nos cruzábamos cuando no pude soportarlo más y mis lágrimas comenzaron a deslizarse por mi rostro.


Me odié por no soportar este tipo de cosas después de tanto tiempo. Porque soy tan frágil? Me sentía incluso algo humillada. Tener que ver este tipo de cosas me hacían ver la realidad pero al mismo tiempo me hacían sentir mal por todo lo que había ocurrido.


Después de lo que acababa de vivir necesitaba un respiro. En este estado no podía llegar a casa. Necesitaba relajarme un poco. Por suerte, estaba conmigo Laura y ella sabía como calmarme. Sabía por todo lo que había pasado y no tenía porque darle ningún tipo de explicaciones porque ella me entendía a la perfección.


Había pasado un buen rato desde que nos despedimos. En cuánto llegue a casa puse mi mejor cara y le dije a mi madre que no iba a cenar porque ya había comido algo por ahí. Y que después de todos estos días de exámenes estaba muy cansada y necesitaba descansar.


Cuando llegué a mi habitación, no pude soportarlo más y lloré. Esta situación cada vez me estaba siendo más familiar. Necesitaba descargar un poco todo lo que había ocurrido hoy. Lo que empezó con una tarde hermosa terminó siendo todo lo contrario...


"Querido diario: Hoy le vi junto a ella, sonreían y se tomaban de la mano; él la miraba como un día me miró a mi, y yo en la distancia contemplaba la escena que se desarrollaba ante mis ojos, la tomó por la cintura y se acercó a sus labios, la besó con delicadeza mientras mi corazón se volvía a romper. Caminé para evitar el encuentro, pero no lo pude hacer, al mirarme él sólo agachó la mirada y esquivó el roce, yo pasé con la mirada en alto, a pesar de que mis lágrimas estaban a punto de derramarse porque a final de cuentas yo jamás lo engañé, yo jamás le mentí, yo le dí todo.... Y él ni a los ojos pudo verme"



Narra Marcos


Esta tarde, estando con María me crucé con Alba. Cuando la tuve delante, los nervios se me aceleraron. Ella estaba tan guapa como siempre pero se le veía triste. Incluso cuando pasaron por mi lado pude percatar como a Alba se le escapaba alguna lagrimilla. Algo le ocurría pero no sabía bien lo que era.


En cuánto llegué a casa, le escribí un mensaje para ver como estaba.


-Hola, Alba! Esta tarde cuando te he visto me ha parecido que estabas llorando. Te ocurre algo??


Cuando Alba leyó el mensaje no se lo podía creer. Pero este tío es imbécil o que le pasa? Es que él no siente ni padece?


-Hola! No, tranquilo. Está todo bien simplemente se me había mentido una basurita en el ojo y por eso me lloraba- contestó Alba.


Estaba claro que no me estaba contando lo que le ocurría pero tampoco quería molestarla y insistir más.





Después de todo lo que había ocurrido Alba quería dormirse lo más pronto posible para olvidar todo lo que había pasado esa tarde. Pero recordó lo que un día le dijeron:



"Nunca dejes ir algo que verdaderamente amas" Y me hizo pensar ¿Qué pasa si ese 'algo' no quiere pertenecer a mi lado? ¿Qué pasa si lo que verdaderamente amo, no me ama? Y ¿Como dejar ir algo que ni siquiera me pertenece?"












Mi pequeña Princesa !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora