Capítulo 7

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   El afán de Kira de cortar no se detiene, la fuente de luz que se colaba del techo, suelo, pared... no sé, ya no se encuentra; en su lugar, Kira saco una vela la cual encendió con un fósforo y puedo mirar como continúa con su actividad de meter en una bolsa negra, ciertos pedazos de cuerpos que tenía guardado, «Con que de eso se trataba el olor putrefacto». Yo solo observo sin decir ni una palabra, ella tampoco habla. Está imagen que contemplo me deja más pálido de lo que me encuentro; un lugar oscuro, luz de una vela, sangre y trozos de carne humana regados por el piso como si de un sacrificio satánico se tratara.

Kira termina y viene hacia mí, me pongo recto mirándola seria esperando a lo que vaya hacer, sea lo que sea, debo buscar que me suelte. Al llegar conmigo, comienza a desatar me facilitando mis planes, solo afloja las cuerdas, parece que tiene todo preparado para sus víctimas, saber que soy yo exactamente para ella está fuera de mi imaginación. Igual no pienso quedarme para averiguarlo y ya con las dos manos desatadas, puedo hacer lo que he venido pensando desde hace rato.

—Kira —me adelanto frente a ella llamando su atención—, estás toda manchada de sangre. Déjame limpiarte con un pañuelo que tengo en mi bolso.

Procedo a descolgar mi bolso de la espalda, mientras que Kira solo me observa esperando, y una vez teniéndolo en mis manos, sin pensarlo, se lo lanzó a la cara para distraerla y salgo corriendo por lo que supongo que es el camino de regreso adivinando por donde vine. Choco con algunos tubos y la pared, no siento que venga detrás de mí, igual no pienso detenerme. Consigo las escaleras, subo con tropezones por pelar algunos escalones y al llegar arriba, localizo la puerta de entrada y salgo finalmente libre de ese escondite. Mas oscuridad me recibe, creí que me había perdido, pero al ver bien el pasillo me hace caer en cuenta que ya se anuncia la noche y aquí no queda nadie.

Mi corazón late con frenesí, estoy asustado, pero a la vez estoy cargado de adrenalina por ya casi salir de esta escuela y no escucho a Kira detrás de mí, la dejé muy atrás. Voy a la entrada principal corriendo, tal parece que no está la noche completamente por la poca luz que envía el sol ya oculto por el horizonte, igual, ya es muy tarde para andar en la escuela. Consigo la entrada para salir al patio principal, cerrada, era de esperarse, intento aplicar fuerza empujando y chocando contra ella, no creo poder con estos barrotes y después me espera el portón de afuera. No tengo tiempo, necesito pensar en algo antes de que Kira me alcance, «Un pupitre».

Corro al salón más cercano, faltaba que también cerrarán las puertas de los salones, pero por fortuna están abiertas. Entro y tomo un pupitre, solo espero que lanzarlo contra la puerta pueda sirva de algo, lo que sea. Levanto mi objeto de salvación por encima de la cabeza y vuelvo preparándome para lanzarlo con toda mi fuerza, pero al llegar, encuentro a Kira parada con mi bolso en su mano. Del impacto, dejo caer el pupitre al suelo enfrente de mí y me aparto hacia atrás en un grito para que no cayera en un pie, ocasionado un golpe estruendoso que lo hizo romperse un poco nada más.

—¡Ya basta! —exclamo cayendo de rodillas al suelo— ¡No puedo con esto! ¡Estoy desesperado, me estoy volviendo loco! ¡Me quiere dar un infarto, pero no me termina de dar!

Camina hacia mí, pero se detiene al ver que yo gateo rápidamente para estar más cerca sin parar de hablar quedando en sus pies.

»¡Solo mátame! ¡Mátame de una vez y termina con esto! ¡Clava tú cuchillo en dónde me haga morir lo más rápido posible! ¡Yo ya no puedo más con este juego! —comienzo a llorar agachando la cabeza, descargando lo que me he aguantado en todo el día.

—Yo... no voy a matarte.

—¿¡Entonces qué maldita sea quieres conmigo!?

Un silencio por parte de ella se hace presente mientras yo busco la manera de meter la cabeza bajo tierra y jamás salir de ahí.

Kira [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora