3

12 2 0
                                    

Mary me lleva de vuelta a mi habitación, mientras sigo procesando lo que acaba de suceder.

— Mike te está esperando, hoy salió más temprano para poder verte— Mary ingresa al ascensor y trato de no sobre pensar las cosas, pero no puedo.

— No quiero verlo— digo, observo a través del espejo que Mary se sorprende por mi respuesta, pero no dice nada. Respeta mi decisión.

El ascensor para y abre sus puertas, y lo veo.

Mis ganas de llorar se incrementan, pero trato de que no lo noten.

Últimamente estoy muy sensible.

No quiero hablar con él, me siento muy culpable por esas ojeras, por estar tan demacrado y somnoliento.

— Amy— dice Mike, pero lo dice con un alivio, me da un abrazo que me asfixia— creí que no lo lograrías— susurra y no puedo.

— Per...perdón— digo en medio de sollozos.

— Tranquila, tranquila, no llores, todo estará bien— Mike me limpia las lágrimas, pero siguen saliendo sin parar.

Mary me lleva hasta el cuarto mientras sigo llorando más fuerte, me colocan en la cama y me intento hacer bolita.

— Amy te tienes que calmar o si no te tendré que poner un sedante y no quiero eso.

— Amy tranquila, cariño, todo está bien.

— Quiero irme a casa— digo en medio de mis sollozos

— En este momento no puedes, nos iremos mañana

— Quiero irme a casa— repito. Mi cabeza empieza a doler, y ya no puedo ver nada con claridad. — no puedo respirar.

— Está teniendo otro ataque— escucho que dicen, pero es lo último antes de quedarme completamente dormida.

****

Escucho una voz, están hablando.

Trato de abrir mis ojos, pero los siento muy pesados.

— Ella estará bien con los medicamentos, por el momento tiene que venir una vez a la semana y tratar de encontrar pasatiempos. Mientras más cosas tenga que hacer menos pensará.

— Gracias doctor, vigilaré que si se tome las pastillas.

— Cualquier consulta, me pueden llamar a este número. Necesitamos estar al pendiente, vi su historial y ya son varias veces que lo intenta.

— Si, en este año es la segunda vez.

Poco a poco voy abriendo los ojos, la claridad me molesta demasiado.

— Amy, ¿Cómo te sientes?

— Bien— respondo, el Dr. Ramírez, me empieza a revisar con una pequeña linterna como lo hace Mary.

— Tus pupilas están un poco dilatadas, ¿Descansaste?

— Sí, me siento bastante bien.

— Excelente, eso es bueno saberlo. Le estaba comentando a Mike un poco como vamos a trabajar en estos meses y cuando vas a tener que venir.

— Entiendo— es lo único que digo, me siento cansada. Quiero irme a casa 

— Entonces, nos vemos la próxima semana. — el doctor sale de la habitación y por fin Mike y yo quedamos solos.

Ninguno dice nada.

Tengo que disculparme, la última vez dije que no lo volvería hacer y lo hice.

— Mike— llamo su atención — lo siento tanto.

— Tranquila cariño, ya pasó— me da un beso en la frente y vuelve a lo que estaba haciendo.

— ¿Qué estás haciendo? — pregunto.

— Mary nos dijo que ya podíamos pasar a firmar el alta, estoy alistando todo.

— Gracias Mike.

Regresar a nuestro pequeño departamento se siente tan bien, no es necesario tener grandes cosas para que el lugar se sienta acogedor.

Mike me ayuda con mis maletas, mientras yo recorro, tocando las paredes de nuestro hogar.

— Debería de pintar otra vez la pared— susurro.

— Me parece una buena idea, yo lo estaba pensando— contesta Mike a la par mía, mirando la misma pared— estaba pensando en azul, ¿Qué te parece?

— Me gusta el azul, pero también lo quería un poco mas vivo, tal vez un anaranjado.

— Me gusta— responde mientras se encamina a la cocina— voy a preparar algo rápido para cenar.

— No tengo hambre.

— Cariño, tienes que comer aunque sea un poco— grita él desde la cocina.

— Pero puedo desayunar mañana.

— No es opción que no comas Amy, necesitas empezar con los medicamentos.

— ¿Cuáles medicamentos?— pregunto, veo como Mike se asoma por la puerta de la cocina y noto la frustración.

— Por favor, cariño, coopera.

— Perdón, te prometo que a partir de mañana me los voy a empezar a tomar.

— Es a partir de hoy y no es opción retrasarlo más.

— Ok— respondo mientras me acuesto en el sofá.

Durante la cena ninguno dice nada, intento que la comida me pase pero no puedo, por mas que la mastico no la puedo tragar.

Bebo un poco de agua.

Y después otro más.

Y cuando ya iba por el tercer vaso de agua, Mike habla.

— Necesito que comas Amy, no puedes solo mantenerte con agua.— me regaña.

— De verdad lo trato.

— Me tomaré unas vacaciones.

— Es por mí.— no lo pregunto, lo afirmo.

— No, es que ya estoy cansado necesito unos días de tranquilidad.

— Es para tenerme vigilada.

— No es así, estaba pensando en que deberíamos de pintar juntos como al principio.

— Es porque crees que voy a recaer.

— No, Amy no digas esas cosas, yo confío en que no lo vas a volver hacer.

— Eres un mentiroso— le digo mientras me levanto— para que veas que puedo estar bien sola— agarro el botecito de pastillas y me tomo una.— ¿Feliz?

*****************************************

Holis! Que tal le está pareciendo la historia? A mí me está gustando mucho escribirla y espero que a ustedes les guste mucho leerla ❤️❤️❤️❤️❤️❤️

Ketych

AmyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora