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El día que me avisaron que mi hermano Pablo había muerto, los estaba esperando en el departamento, iban a cenar con nosotros porque María nos tenía una noticia que no podía esperar, cuando recibí la llamada del hospital sentí que mi mundo se vino abajo, lo primero que le dije a la persona que estaba al otro lado del teléfono es que era una mentirosa, pero ella seguía repitiendo lo mismo.

Recuerdo que empecé a gritar, llorar y un dolor insoportable se instaló en mi pecho, Mike me quitó el teléfono y se fue hablar al cuarto mientras yo estaba sentada en el piso.

A los minutos Mike salió y tenía los ojos rojos y estaba llorando y lo supe.

La que nos llamó no estaba mintiendo.

— Amy tienes que ser fuerte— empezó a decir con la voz ronca.

— No, no, no por favor— supliqué llorando— dime que es mentira.

El negó con la cabeza y me abrazó.

— Lo siento tanto— me dijo— pero tenemos que ir a retirar el cuerpo.

— No puedo— murmuré— no lo creo, me están mintiendo. Es mi hermano— dije llorando. — es mi hermano, Mike, ¿Es mentira verdad? — pregunté con la vista borrosa.

— No es mentira cariño, tuvieron un accidente automovilístico.

— No, no, no, no, por favor dime que es mentira Mike— le agarro la camisa, pero no me dice nada. me dolía mucho la garganta y sentía que me estaban asfixiando.

Pablo estaba muerto, me había dejado.

Lo siguiente que recuerdo es que él me estaba cambiando de ropa y a los minutos estábamos en un taxi en camino al hospital.

En el hospital estaba Norma y apenas me vio me abrazó llorando.

— Era mi hermano Norma— sollozo.

— Si mi vida, es tu hermano— dice ella en medio del llanto, niego con la cabeza y ella solo me abraza más fuerte.

La pierna no me responde y caigo al piso, norma grita asustada y siento que me levantan, pero siento que camino en el aire por los pasillos.

Vi a los padres de María llorando y apenas me vieron me abrazaron, esa noche fue la más larga.

Los siguientes días fueron peores, no habían muerto solo dos personas sino tres porque María estaba embarazada, me quitaron la oportunidad de ser tía y a Pablo la oportunidad de tener la familia que siempre quiso.

El apartamento que siempre estaba iluminado y se escuchaba música por todos lados estaba apagado, estaba triste al igual que los propietarios.

— Tienes que comer— Mike había entrado a la habitación con una sopa.

— No tengo hambre— susurro mientras abrazo mi almohada.

— Por favor— suplica él, pero solo cierro mis ojos y mis lágrimas empiezan a caer nuevamente.

Escucho como Mike le dice a otra persona que no he tenido mejora.

La siguiente que entra es Norma.

— Amy, corazón tienes que comer algo— susurra mientras me limpia las lágrimas.

— N...o no pue. Do— digo en medio de mi llanto.

— Tienes que intentar, tienes que seguir por él y por los que estamos aquí contigo.

— Lo he estado llamando y no contesta— murmuro.

— ¿A quién has intentado a llamar? — pregunta ella confundida-

— A Pablo— respondo— lo he llamado más de cien veces y no me contesta solo me sale el buzón.

Ella ahoga un grito y sale del cuarto llorando, durante unos minutos solo se escucha a Norma llorar en la sala.

— Cariño— me llama Mike— Norma me dijo que estabas llamando a Pablo.

— Sí, pero no me contesta— susurro.

— No te va a contestar más porque él ya no está aquí con nosotros físicamente pero siempre en nuestros recuerdos y corazones.

— Quiero creer que es mentira, necesito que me conteste y que me diga que es broma.

— Lo siento tanto cariño, pero eso no pasará.

Le limpio un poco la suciedad de la tumba de mi hermano y le pongo un ramo de flores.

— Otro año sin ti— empiezo— no ha sido él mejor, pero intentaré que estés orgulloso de mí.

— Siempre estará orgulloso de ti— Mike me besa la frente y trato de que mis lágrimas no salgan, no quiero que ni Mike, ni Pablo estén tristes o preocupados por mí.

Ya han pasado 4 años...


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Buenas, Buenas! Espero que les vaya gustando la historia <3

Ketych

AmyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora