O2

841 90 8
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

EIREENE TARGARYEN NO ESTABA ACOSTUMBRADA A MONTAR EN CABALLO, de hecho era la primera vez que lo hacía, fue toda una aventura, aveces se iba de lado por que no tenía mucho equilibrio u otras veces no podía controlar a su yegua y se quedaba parada ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

EIREENE TARGARYEN NO ESTABA ACOSTUMBRADA A MONTAR EN CABALLO, de hecho era la primera vez que lo hacía, fue toda una aventura, aveces se iba de lado por que no tenía mucho equilibrio u otras veces no podía controlar a su yegua y se quedaba parada en medio del camino o se desviaba para otro lado, pero dentro de eso había sido divertido para la platinada, o eso fue hasta al día siguiente, después de haber montado a su yegua durante horas, sintió como sus caderas, su entrepierna y sus piernas estaban entumidas y adoloridas, eran las consecuencias de no haber montado a un caballo jamás en toda su vida, lo peor de todo es que ese era su medio de transporte para los Dothraki y muchas veces sus viajes duraban días, así que no tenía de otra más que acostumbrarse.

Al día siguiente de "La noche de bodas" Khal Drogo no le había dicho ninguna palabra a Eireene, pero de todos modos si lo hiciera la platinada no le entendería pues no sabía Dothraki, así que sería inútil, con el pasar de las semanas la relación de ambos, marido y mujer se hacía incomoda, Drogo sólo se dedicaba a mirarla por largos ratos de manera intensa, tomaba mechones de su cabello platinado y jugaba con ellos tal cual como un niño pequeño, pero había algunas ocasiones en que ambos se sentían bien con la presencia del otro y convivían de manera amistosa, Drogo la ayudaba a controlar a su yegua y le enseñaba a como montarlo, le daba agua o comida cuando lo necesitaba la Targaryen, también el Dothraki trataba de comunicarse con ella mediante señas o acciones lo que hacía que Eireene se sintiera enternecida por eso y la llevara a enseñarle unas cuantas palabras fáciles en su idioma, también siempre la cuidaba de cualquier cosa y la protegía si veía peligro alguno, era raro para la Targaryen esa extraña relación pero no se quejaba. Eireene no sabía el porqué de su comportamiento pero se sentía aliviada de que Drogo fuera a pesar de todo amable y caballeroso con ella. Tal vez su hermano se equivocaba y no todos los salvajes eran, vaya la redundancia, salvajes.

Ahora se encontraba bajo el inmenso y caluroso sol, encima de la yegua que su esposo le había regalado, a pesar de ya llevar varias semanas, casi un mes montada en su yegua le era aún incómodo.

— Tienes que beber, niña. Y comer.

La voz de Ser Jorah la hizo salir de sus pensamientos y voltearlo a ver.

the silver dragon¹ got Donde viven las historias. Descúbrelo ahora