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Caminaba con la ansiedad acumulándose en su cuerpo, cuando divisó su casa a lo lejos deseo que su cara no evidenciara que estuvo llorando e inhalo hondo buscando en lo más profundo de sí paciencia, sabía que la necesitaría.

Al entrar lo recibió el olor a kimchi y su papá sentado en el sillón esperándolo, escuchaba las voces de su mamá y Jake provenir de la cocina.

—¿Dónde estabas? —le preguntó.

—Fui a dar una vuelta.

—¿Sabiendo que Jisung puede llegar en cualquier momento?

—De hecho el me acompaño pero ya se fue.

—¿Dejaste que se fuera? dime que resolvieron las cosas por lo menos. —Su expresión comenzaba a demostrar enojo.

—Depende a que se refiera con resolver las cosas —respondió apático.

Lo único que esperaba era poder llorar su ruptura como un adolescente cualquiera pero se encontraba teniendo que dar explicaciones.

—No estoy para jueguitos Kim Sunoo.

—Oh, se refiere a perdonar ciegamente a ese idiota porque me lo exige, no, no lo hice, terminamos —dijo en un tono que derrochaba ironía.

Su papá lo tomó por los brazos y apretando su agarre, seguro dejaría marca, soltó un pequeño quejido.

—Sabes la mierda que puedes provocar por esta rabieta.

—No es una rabieta ¡Me fue infiel! —exclamó fuerte finalmente perdiendo la calma.

—¿Y qué? Se supone que lo amas, si lo hicieras podrías perdonarlo —dijo alzando la voz también.

No podía creer que fuera su propio padre el que llegara a estos límites y le pidiera eso, se sintió tan despreciado que la pena dentro suyo solo se convertía en rabia.

—Tengo dignidad por si no lo sabía, no seguiré con alguien que no me respeta solo por temas de su trabajo.

Atrajeron a los demás con los gritos, Jake iba a intervenir pero su mamá lo detuvo, ella se acercó y posó sus manos en las de su pareja que aún sujetaba con fuerza a su hijo.

—Amor, suéltalo, el enmendará su error, descuida.

—No mamá, no me retractaré solo porque él lo pide, no soy como usted —rebatió lleno de ira.

—Cállate Sunoo —exigió ella.

Antes que dijera algo más, fue empujado contra el suelo chocando con la mesa de centro y botando unos adornos de paso, su hermano se acercó de inmediato a ayudarlo.

—Siempre has sido una decepción, hoy solo quedó en evidencia que no sirves para nada...

Cada palabra que salía de su boca se incrustaba en su psiquis como navajas, miró a su madre esperando que hiciera algo pero ella solo desvió su rostro hacia la ventana, algo dentro de él se quebró.

—Basta Papá —exclamó enojado su hermano, mientras lo ayudaba a pararse.

—Déjalo, dice que no sirvo para nada pero está desesperado por perder algo que ni siquiera consiguió por sí solo.

Esto último terminó de llenar de cólera a su progenitor, el cual hizo el amago de acercársele de nuevo pero su mamá tomó su brazo, aprovechando esa distracción salió de la casa.

—Sunoo vuelve aquí —gritó su madre pero su hijo hizo caso omiso.

—Tráelo devuelta —exigió el padre mirando a Jake.

Say yes to me • sunsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora