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Sintió un golpe en sus costillas tan fuerte que lo despertó, Riki ganó en piedra papel o tijeras y lo invitó a dormir junto a él, estuvo agradecido hasta que se enteró que el rubio era la persona más inquieta en sueño del planeta.

Se levantó lentamente desenredando sus piernas de las del más alto y salió silenciosamente de la habitación. Bajando la escalera vio luz provenir de la cocina, se encontró a Sunghoon tomando un vaso de agua, estaba despeinado y con su pijama mal acomodado.

—¿No puede dormir?

El mayor giró rápidamente hacia el con expresión de haber visto un fantasma.

—No hagas eso. —Pasó las manos peinando su pelo y resopló.

—No pensé que usted era de los que se asusta fácilmente —lo molestó, se acercó para servirse un vaso de agua también, quedando uno frente al otro.

—Ahora sabes otra cosa sobre mí —respondió con simpleza.

Quizás era la falta de sueño pero el peliblanco no se encontraba con el mismo humor de cuando cenaron.

—Debió advertirme de cómo era Riki para dormir —dijo tratando de sacar conversación.

—Parecías contento cuando te ibas a dormir, no quise arruinarte el momento, ¿ya te dio un codazo en las costillas?

—Fue lo que me despertó.

—Patéalo para que se calme, si se despierta hazte el dormido.

Empujo el hombro de Sunhoon mientras negaba con la cabeza, el mayor se acercó donde Sunoo a dejar el vaso.

—Te noto distinto, no nos conocemos hace tanto pero puedo verlo.

—No estoy seguro pero últimamente soy más feliz —Vio al otro asentirle en respuesta.

—Me gusta esta faceta tuya, aunque eres todo un irrespetuoso.

—Si le molestara de verdad podría decirme que pare, usted sabe que lo haría –musitó en voz baja dejando su vaso a un lado.

—Lo sé... no quiero que lo hagas, nos llevamos bien así.

—Me alegra agradarle más ahora.

El mayor se detuvo a mirarlo unos segundos, lo tomó por los hombros finalmente sonriéndole y lo sacudió un poco como regaño.

—No me malentiendas, me agradaste desde la primera vez que hablamos tonto.

El menor agarro sus muñecas para detener los movimientos del mayor riendo, cuando lo soltó revolvió su pelo.

—No hay gran diferencia entre el que eres ahora y el de antes, este siempre has sido tú, solo que ahora te estas permitiendo más libertad y por eso estoy feliz.

En respuesta a eso recibió una de las sonrisas más genuinas que le ha mostrado Sunoo, Sunghoon enmudeció.

—Yo... Deberíamos volver a la cama —dijo después de unos segundos que parecieron horas, se despidió brevemente del pelinegro y se fue a su habitación, aun en la cama sentía sus orejas arder.

Apenas pudo pegar un ojo en toda la noche y como su reloj biológico era un maldito no le permitió retomar el sueño, no tuvo más elección que levantarse, lo peor fue escuchar el recibimiento de su hermano apenas bajó.

—Te ves de la mierda.

—Riki no le digas esas cosas a tu hermano, pueden afectar su autoestima.

—Como si me importara lo que diga este —alegó el peliblanco.

Say yes to me • sunsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora