La mirada del hombre se encontró con la de ella, pero inmediatamente la esquivó y se dispuso a salir de ahí.
— Refugio... - fue lo único que salió de la boca del juez, cuando Montserrat se fue y se aproximó a la mujer para retenerla. — Refugio, mi amor, espera. - pidió deteniéndola una vez que la alcanzó. — Que agradable sorpresa tenerte aquí. - dijo sincero mientras sonreía de oreja a oreja.
— Hola... - saludó una vez que secó su rostro y le miró.
— ¿Como estás, mi amor? - se acercó a darle un beso, pero ella se alejó y no permitió que lo hiciera. Acto que le sorprendió un poco al juez.— Bonita, ¿qué pasa? - cuestionó preocupado. — ¿Te parece si vamos a mi oficina y así platicamos con calma? - sugirió esperando la respuesta femenina.
— No es necesario, yo ya me iba. - aclaró con precisión.
— Por favor, sé que algo te ocurre. Hablemos, ¿si? - pidió nuevamente y ésta negó.
— No tengo nada, nos vemos otro día, ¿sí? Tu secretaria me ha dicho que estás bastante ocupado y yo doy fe de ello.
— Refugio, tienes algo, tú no eres así. - dijo con firmeza. Pues a pesar de lo poco que tenían juntos, ya sabía diferenciar sus gestos cuando algo le ocurría. — Aparte, sabes que para ti nunca estoy ocupado. Es más, ahora mismo concluí con lo tenía.
— Ya te dije que no tengo nada, quiero irme a mi casa, ¿me permites irme, por favor? - apeteció con los ojos un poco humedecidos y Julián negó.
— No puedo dejarte ir así, lo siento. - dicho esto, la tomó de la mano con delicadeza y la ingresó a la oficina a regañadientes. Las miradas se posaron en ambos, pero éste no le dio importancia. Así que luego de cerrar la puerta, fue hasta su amada. — Bonita, por favor, ya dime ¿qué ocurre? ¿Por qué estás tan irritada y algo molesta? ¿Acaso hice algo mal?
— Sólo dime una cosa. - Julián asintió y esperó a que ella terminara de hablar. — ¿Desde cuándo tienes mejor amiga? - soltó sin más y la cara del hombre fue un poema.
>>>>>>><<<<<<<
Tocando puertas y regando más de 20 curriculums, se encontraba Patricio ese día. Estaba siendo duro, sí, pero tampoco iba a rendirse tan fácil, necesitaba conseguir trabajo a cómo diera lugar, pero no haciendo lo mal hecho. Sin duda, estaba pagando muy caro el haberse involucrado con la familia Ancira, vaya que sí.
Esa tarde, había ido a varios lugares, pero en todos fue rechazado, así que sin darse por vencido, decidió seguirle buscando. Se tomó un receso de media hora para comer y tomarse algo, su estómago se lo estaba pidiendo, por lo tanto, luego de que todo le hizo digestión, siguió en lo suyo hasta que algo en el periódico, llamó su atención.
++
La mujer esperaba una respuesta por parte del magistrado, quién se había quedado perplejo por la pregunta que ella le hizo.
— ¿Qué? - fue esa sola palabra que él pronunció. Aquel cuestionamiento lo había dejado algo desconcertado, pero de igual forma prosiguió a hablar. — ¿De quién hablas? Yo no tengo mejor amiga.
— Por supuesto que sí, esa mujer me dijo que eran mejores amigos y que ella sabía todo de ti.
— ¿Qué mujer, por Dios? Te juro que no sé de qué hablas. - aseguró con sinceridad.
— Elsa, Elisa o cómo se llame. - manifestó perdiendo un poco la paciencia. — Ella me lo comunicó apenas llegué.
— ¿Elisa? - le miró. — Claro que no, Elisa y yo no somos mejores amigos, no sé como sabe de mí, simplemente hablamos sobre trabajo y ya, no hemos tenido algo más que una relación de colegas.
![](https://img.wattpad.com/cover/241875747-288-k192181.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Renaciendo a tu amor.
Fiksi PenggemarRefugio siempre sacrificó su felicidad por sus hijos, dejó de lado a la mujer y sólo vistió a la madre, ahora llegará Julián que hará que renazca a su amor.