Llámame Peter Parker (Peter Parker Y Tú)

Parte 6: Unas por otras

Iba tarde y a medio vestir caminando por toda la universidad aún luchando por abotonar los últimos botones de su camisa.

Iba los más rápido que sus pies pudieran ir, entró al edificio y buscó el salón de clase.

Al abrir la puerta se sorprendió al no ver a nadie. Sólo una persona en una de las mesas.

La reconoció enseguida porque tenía esa cámara otra vez y todas sus cosas regadas por la mesa.

Al notar su presencia, lo miró.

—Llegas tarde, la clase acabó hace media hora.

—¿Qué? — Peter sacó su celular para mirar la hora.

Sabía que iba tarde, pero no podía ser tan tarde.

Pero antes incluso que la mirara supo que no era enserio porque sintió como ella ponía esa sonrisa divertida en sus labios.

Cerró los ojos y soltó un suspiro acompañado de una sonrisa.

—Estás bromeando — la miró.

Ella se encogió de hombros y se recostó en el respaldar del asiento.

—Imagino que no viste el E-mail del profesor.

—¿Cuál E-mail?

Volvió a mirar su celular, navegó hasta su bandeja de entrada y justo ahí apareció aquel correo subrayado y en negrita. Al verlo, suspiró cansado mientras volvía a guardarlo en su bolsillo.

Tanto afán para nada.

Alzó la vista, ella aún seguía mirándolo con esa sonrisa divertida.

—Supongo que tú tampoco lo viste.

—Uno más y podríamos hacer un club.

Levantó los brazos observando alrededor.

—¿Y decidiste quedarte?

—Sería de ayuda para los otros tontos que no vieron el correo al tiempo — explicó — También tengo un par de tiempo extra, así que aproveché para quedarme aquí y usar alguna de éstas cosas.

—Claro.

Y pareció que la conversación murió allí porque ambos se quedaron en silencio unos segundos.

Peter resolvió entonces que ya era hora de irse, aunque había perdido el tiempo quitándose el traje y volviendo a colocar su ropa, al menos estaba satisfecho de no perderse nada. Se giró y abrió la puerta nuevamente, pero se mantuvo allí por unos segundos sin moverse, como si decidiera quedarse o seguir caminando.

Finalmente, volvió a mirarla una vez más.

—¿Qué haces con eso? — ella alzó la vista para verlo — Siempre que te veo estás con una cámara, ¿Las vendes o algo así?

Entrecerró los ojos y sonrió de lado.

—Pones mucha atención para notarlo.

Peter relamió sus labios y rompió el contacto visual.

—Sólo soy muy observador.

Ella soltó una risita y volvió su vista a la mesa, tomando las piezas desarmadas con intriga.

—Intento repararla.

—¿Y qué es lo que tiene?

Peter tomó una silla y se sentó tranquilamente a su lado. Ella lo observó todo el tiempo aún sorprendida y no fue hasta que, una vez sentado, la miró al rostro para que contestara su pregunta.